Duele que hoy día se hable de tirar comida en una sociedad necesitada. Y más cuando se trata de un bien de lujo: leche fresca. Esta noticia, destacada hace días por el digital Tenerifeahora.com, sí que no es nueva pero ha colmado el vaso de la paciencia de algunos ganaderos que penden del hilo de pagos de industrias, esperan plazos tardíos de subvenciones para mantener su negocio y se debaten entre la desinformación al consumidor que aún se sufre a día de hoy.

El programa "Un día más" de El Día Televisión sentó a ganaderos, asociaciones, dialogó con administraciones e incluso con ONG dedicadas a la recepción y distribución de alimentos. Todo este caldo de cultivo cuaja si habla una pieza clave de esta compleja receta: los queseros, quienes también aportaron su lectura. Será, informa la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno canario, el próximo día 26 cuando, al fin y tras años de espera, se tomen nuevas medidas administrativas que recojan viejas reivindicaciones del sector y den un giro a esta historia tantas veces narrada.

Para entender por qué se ha llegado a este punto, analizamos las razones del desencuentro, exponiendo todas las visiones.

Víctor Gutiérrez es un ganadero que, desde abril, tira de 2.500 a 3.000 litros de leche semanales de su cabaña de vacas ubicada en Los Baldíos (La Laguna). Un cambio de planes de su comprador principal le descuadró el sistema de trabajo que, por tratarse de animales, no puede modificar de forma inmediata y le obligó a deshacerse del alimento para no perder la capacidad de cara al siguiente ordeño.

Heraclio del Castillo, el ganadero con más cabezas de bovino en Tenerife, tira a su vez 400 litros de leche fresca a diario desde su cabaña en Fasnia. Estas dos personas pertenecen al grupo de tan solo 12 propietarios de granjas profesionales de leche de Tenerife y no se sienten representadas por el principal colectivo del sector, Agate (Asociación de Ganaderos de Tenerife).

En estos dos casos, no hay conexión con la industria quesera, y sí malestar por verse con miles de litros sin colocar en el mercado. "La excusa -coinciden- es que no pueden pagar". El recorrido es corto, aseguran estos profesionales, pero hasta ahora nadie había hecho la pregunta de forma tan abierta: "¿Quién y cómo sustituye la leche fresca por la leche en polvo?". La cuestión tiene relevancia porque este producto aún sigue financiado por el REA (Régimen Específico de Abastecimiento). "Queremos saber -apunta Gutiérrez- quién podría hacer queso con leche en polvo, pues la ley admite esta posibilidad, pero solo en una proporción de un cinco por ciento".

Enemigos de la leche fresca. Pero no todos llevan el discurso hasta estos extremos, y coincide precisamente con quien trabaja las cabañas de ganado y lleva la cadena alimentaria hasta las queserías. Es el caso de Pedro Molina, presidente de Agate y de la Cooperativa La Candelaria. Resulta tajante en esta respuesta: "No conozco a nadie que ponga leche en polvo al queso". Molina pide unidad: "Si los canarios nos peleamos entre nosotros en vez de combatir la importación, nuestros competidores se reirán en nuestra cara".

La ruptura de la cuota láctea ha permitido que países menos pudientes dentro de la UE produzcan leche fresca sin límites. En el Archipiélago han desaparecido a tenor de esta circunstancia industrias de forma paulatina pero "siguen dándose ayudas de forma anacrónica", analiza Molina. Tal es el caso, a su juicio, de la ayuda a la leche en polvo por parte del REA. La solución, expone con claridad, estriba en retirarla y dedicarla al sector primario de Canarias.

Otro de los "enemigos": el queso de importación. Molina cuestiona "por qué se vende sin pudor la tipología Gouda y tipo manchego abaratando precios hasta 2,40 céntimos el kilo". Para más obstáculos, los plazos económicos. Cada 28 días llegan las ayudas del REA, pero los ganaderos no las reciben en tiempo y forma cuando se trata del apoyo financiero estatal. Junto al añadido de que las ayudas a la producción local se pagan siempre a final de mes, "que genera una brecha insalvable que nos impide competir".

Los ganaderos aseguran que, "a pesar de cobrar a 48,50, nos las vemos para producir".

La responsabilidad del consumidor. El quesero y ganadero José Luis Jurado añade otro agente que puede cambiar la situación: el consumidor. "Los canarios tenemos que ser conscientes del valor de nuestros productos, y estar dispuestos a pagar más por ellos".

Sobre estas peticiones y críticas, ha respondido el Gobierno canario. Según David de Vera, director general de Ganadería: "El consumidor tiene el derecho de saber qué llega a su hogar. Si es leche en polvo reconstituida o fresca y procedente de ganado ovino, caprino o vacuno". Por eso, han anunciado que el próximo día 26 "habrá cambios históricos. Atajaremos ese posible y supuesto fraude con quesos a través de controles que llevará a cabo el ICCA (Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria), controlaremos el etiquetado...". Y habrá más: "Nos plantearemos actualizar las ayudas y redirigirlas a quienes más lo necesiten".

La clave, señala De Vera, está en "hacer un documento sensible y flexible para adaptar la capacidad de producción con la importación, es decir, una fluctuación entre el Posei y el REA que se reajuste en función de la realidad".