Dice que, muchas veces, se le tergiversa, pero al presidente del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso, al menos hay que admitirle que su voz tiene eco y que su capacidad para polemizar resulta indudable. Lleva semanas en medio de un maremoto sobre supuestos desequilibrios inversores en favor de Gran Canaria con múltiples repercusiones y en esta entrevista, lejos de matizarlo, lo zanja de forma contundente: simplemente "no quiero hacer el primo con las vías, pues Gran Canaria ha recibido más dinero en los últimos años, se prevén 80 millones regionales más en los próximos y, en Tenerife, no se invierte nada, cuando el Cabildo está dispuesto a poner recursos".

Se le acusa de avivar el pleito insular y usted lo niega: ¿qué se ha distorsionado de su discurso?

Lo que ha pasado es una situación bastante grave con la movilidad en la Isla y llevo meses diciéndole al Gobierno que ese problema se ataque de manera decisiva y que el Cabildo está dispuesto a aportar fondos, por ejemplo para la autopista del norte, como hicimos con el anillo. Pero, ya que haremos eso, que no sea para suplir lo que deben hacer otras administraciones. Es verdad que el Gobierno ha sufrido mermas en el convenio, pero, al menos, que si el Cabildo interviene se haga desde el equilibrio, pues el Gobierno no invierte aquí y sí en otras islas. Lo que no quiero hacer es el primo con las vías; soy solidario y ayudo a resolver los problemas, pero no estamos dispuestos a hacer el primo con lo que corresponde a otros. En los últimos años, ha habido más inversión en Gran Canaria en carreteras y el Gobierno prevé invertir más en los próximos, con una diferencia de 85 millones en 10 años, una tercera parte del carril bus. Digo que, sin quitarle dinero a nadie, se entienda que es una prioridad porque el mayor problema de movilidad en las Islas, sin duda, es la TF-5; que se invierta ahí pues, hasta ahora, el Gobierno ha destinado la ingente cantidad de 0 euros.

¿Y confía en que su "llamada de atención", digamos, haya servido: prevé cambios, dinero...?

En primer lugar, el Gobierno se ha comprometido a licitar una obra nueva, la de Las Chafiras, para resolver el problema de colas...

Pero no son 80 millones...

No, pero son 35 en los próximos 2 o 3 años. Además, trabajamos para supervisar el carril bus-VAO, en el que pondremos 20 millones para Guamasa, en los carriles de tráfico lento de Los Realejos a Buen Paso (Icod) y solo falta definir con el Gobierno cómo ejecutar el cierre del anillo. Si esto se cumple de forma equilibrada, la llamada de atención habrá servido.

¿Cuántos carriles lentos entre Icod y Los Realejos: seis?

Hemos hecho un estudio, pero no lo sé ahora de forma precisa, aunque por ahí. Sí redactaremos el proyecto para licitarlo en 2017, con un coste de 5 millones. De todos modos, hay un cambio entre San Juan de la Rambla y Buen Paso, donde habrá tres carriles, algo compatible con el tratamiento ambiental y que se intentará meter en el convenio de carreteras...

¿Y cómo se resuelve el túnel de Santo Domingo?

El trazado pasaría por encima, aunque este es el proyecto que ha de hacer el Gobierno.

¿Y cómo afrontar el túnel de Erjos, que son 300 millones?

Lo hemos incluido en el marco estratégico de obras de la Isla y nos queda discutir con el Gobierno quién lo ejecuta. Creemos que debemos ser nosotros, pues adelantamos el dinero y tenemos los medios técnicos. La consejería quiere hacerlo, pero no tiene esos recursos y creo más razonable que seamos nosotros; espero acordarlo estos días.

Antona (PP) dice que lo del pleito son calores del verano: ¿hay pleito o es solo desequilibrio?

Es desequilibrio inversor basado en unas necesidades porque se podría pensar que habría que dar café para todos, pero se trata de dar a cada uno según su necesidad. Yo he tenido propuestas para el reparto de los fondos IGTE que favorecen a las islas menores porque con ellos se quiere cambiar el modelo productivo y esas islas tienen más dificultades para desarrollar una economía sostenible por sus mayores costes. No es un reparto por igual, sino con criterios objetivos. Pero, en vías, Tenerife tiene la peor situación por congestión y no puedo admitir que el Gobierno no haya invertido nada.

Pero sus quejas también han ido al área social: ¿ha cambiado algo o también hay desequilibrio?

Es verdad que, en dependencia, tenemos menos plazas concertadas, pero, con el nuevo convenio, se empieza a reducir ese margen, casi a la mitad, tras hablar con la consejería. En este caso, los fondos sí dependen de la población y estábamos por debajo.

Sin embargo, la sensación que hay es que es un dinamitero del pacto. Ha dicho que, si quisiera, ya se habría roto: ¿de qué depende?

Pero no estoy en esa dinámica. Si hubiera querido, lo habría roto.

¿Solo en el Cabildo tinerfeño o arrastrando todo lo demás?

Obviamente, el pacto del Cabildo es una pieza clave del global, con lo que, si se rompe ahí, habría una dinámica complicada. A lo mejor no, pero sí que sería un problema importante. Pero no estoy en esa clave. Sí hay un partido que aviva el pleito y es Nueva Canarias, bien en el Parlamento o en el Cabildo de Gran Canaria. Viene diciendo desde hace un año y medio que CC iba a pactar con el PP y, aunque los hechos lo desmienten, no dicen nada. Ahora llevan meses, desde las elecciones, diciendo que romperemos y ese no es el objetivo de CC ni en el Cabildo ni en el Gobierno. Pero algunos lo repiten y parece la verdad absoluta.

¿Y cree compatible mantener eso si CC, al final, ayuda a Rajoy?

Es que, como partido nacionalista, tenemos que jugar un papel bisagra, pues es lo que potencia nuestra posición para intentar que la agenda canaria esté en Madrid. Influye menos NC con su pacto con el PSOE. Prioriza la ideología de izquierdas, que me parece razonable, a una posición en defensa de los intereses de Canarias...

Bueno, a ver cómo cuadra la investidura porque, a lo mejor, el voto de Quevedo es clave...

Pero, hoy por hoy, ese es su comportamiento. Si cambian, me alegraré. Ellos están casados con el PSOE y nosotros tratamos de ser lo suficientemente relevantes para orientar la política regional y la de Madrid a favor de Canarias.

¿El área social del Gobierno canario funciona tan mal como se le achaca que piensa? Se ha presentado la nueva ley (borrador) de Servicios Sociales, se aprobó el miércoles el II Plan de Salud...

Muchas veces, se hace una lectura interesada de lo que digo. Lo que sí reitero es que los problemas que más preocupan son la sanidad y dependencia, el empleo y, en Tenerife, la movilidad. ¿Que eso coincide con áreas del PSOE? Yo no fui el que hizo el pacto...

¿Lo habría negociado de otra forma, quedándose CC esas áreas?

Fueron ellos los que eligieron.

Y se supone que CC aceptó...

Sí, pero, al final, son ellos los que tienen que resolver los problemas de la salud, la dependencia...

¿Y cómo lo están haciendo?

En algunas cosas bien y, en otras, de forma mejorable. Bien respecto al nuevo convenio de dependencia, tras el retraso de medio año.

¿Un plan de salud de año y medio también es mejorable?

Creo que ha sido una buena decisión aprobarlo, aunque era un plan que venía del mandato anterior y estaba casi terminado. Otra cosa es que se trabaje en un tercero para que empiece a funcionar desde que acabe este. Pero seguimos teniendo problemas de sanidad en Tenerife, en el Norte o las urgencias en el área metropolitana, y hasta el propio consejero reconoce que es la peor situación que hay en las Islas.

¿Tampoco le satisface el ritmo del hospital del Sur, que ya cuenta con planta con camas?

En las camas se ha producido un retraso de meses cuando, al final, es solo un equipamiento y no tiene por qué ser algo del propio consejero, sino de cuestiones administrativas. Si critico, no es por un partido u otro. Creo que es bueno que, en un cargo como el mío, me haga eco de lo que la gente dice porque, seguramente, tiene más incidencia que si lo dice alguien de la calle que ve esos problemas. Pero no solo critico, sino que propongo soluciones y pongo dinero, como para el bus-VAO. Exigimos, pero aportamos inteligencia y capital político cuando, como institución bien valorada, podríamos no mezclarnos en esos problemas, pero preferimos mojarnos. Y eso nos da legitimidad.

Vale, pero en poco estamos en septiembre y volverá el curso: ¿habrá cambios con lo de las colas o ya es imposible adelantarse?

Estoy decepcionado porque no hemos podido arrancar un compromiso de la ULL, y a lo mejor ha sido un problema nuestro, para solucionar esto, por ejemplo, con el vehículo compartido. No he visto predisposición y lo intentaremos con las facultades por separado...

¿No con el Rectorado?

No, pues nos dice que la organización docente depende en gran parte de cada facultad. Por eso, hablaremos con cada una y le pondremos dinero: por ejemplo, a la de Económicas, le pondremos, digamos, 50.000 euros, que es bastante para una facultad, si trabajamos juntos en pro de otra movilidad...

¿Y eso no requiere años, más concienciación ciudadana, del estudiante que tiene el coche fuera?

Sí, por eso decimos que hay medidas que, aunque las podemos poner en marcha en muy poco tiempo, requieren un largo plazo para que tengan efectividad porque se necesita un cambio cultural, sobre todo lo del vehículo compartido o más transporte público. Algunos nos dicen que estamos improvisando, pero se trata de probar cosas a ver si funcionan. Vamos a potenciar, por ejemplo, lo de los taxis, aunque hay que cambiar las normativas, y premiaremos a los dueños de vehículos privados si lo comparten con otros estudiantes, pero requiere tiempo para que penetren. Luego, están las obras, pero el carril bus-VAO no se hace de un día para otro. Llevamos un año buscando soluciones y, si algo soy, es una persona que no para hasta encontrarlas: si no funciona una, busco otras.

Antes mencionó el IGTE: ¿el Cabildo tiene claro ya cuáles serán sus proyectos prioritarios?

Tenemos el marco estratégico, 36 programas que, en su mayoría, son financiables por el IGTE y, en agosto, concretaremos el plan.

Pero, ¿qué debe estar sí o sí?

Casi el 80% del marco estará...

Habrá porcentajes mayores...

Bueno, un 50% del presupuesto será para infraestructuras; un 25% a conocimiento, innovación y educación; un 15% a empleo y, el resto, a sectores productivos.

¿Ya sabe a qué cifra puede aspirar, más o menos, aunque todo dependa de los proyectos finales?

Lo sabemos, pero no lo quiero anticipar porque primero debemos cerrar las cifras globales y, luego, presentarlas. Ese día se sabrá.

Le gustaba el aroma de la ley del suelo, pero tenía temores: ¿han cambiado a mejor esas sensaciones? Hay presidentes como Belén Allende muy preocupados.

La nueva ley hace que a los cabildos y ayuntamientos le venga una responsabilidad importante.

Pero los ayuntamientos están, la mayoría, encantados; los cabildos, más dubitativos...

Sí... Lo que veo es que la carga administrativa va a ser mayor y hay cabildos como el de El Hierro que tendrán dificultades. Por eso se ha hablado de mejorar los recursos humanos para poder responder a ese desafío. Yo tenía dos preocupaciones que se han cubierto con el borrador inicial: por un lado, la jerarquía normativa sobre lo que los cabildos pueden hacer en el planeamiento. Pero hay una figura nueva que me parece muy interesante y que siempre formó parte de nuestro discurso, que es un sistema de planificación a través de proyectos para viabilizar operaciones singulares con un proyecto estructurante; es decir, no pensar solo en la figura del plan que lo ordena todo, sino de un proyecto que es relevante y estructura territorio. Esto se ha incluido y agilizará algunas actuaciones. Lo otro que nos preocupaba, y al sector agrícola, es la definición de los usos del suelo rústico; que haya un término medio.

¿La calificación territorial que solo hacía Tenerife le preocupa?

No, porque los ayuntamientos son suficientemente adultos.

Pero no todos tienen técnicos para controlar, por ejemplo...

Pero hay que distinguir el control de ilegalidades, y todos están consorciados con la Agencia del Medio, de eliminar el doble filtro o ventanilla. Ahora, los cabildos seguirán decidiendo sobre los usos no propios y los ayuntamientos, sobre los propios. Me preocupaba ese equilibrio y se ha resuelto bien. La actividad en el medio rural ha cambiado, se ha diversificado y para meter una renta en el ámbito rústico debemos permitir nuevas actividades, como bodegas, que antes tenían muchas dificultades. Sobre otras, había mucha manga ancha y esto preocupaba al sector agrícola, pero se ha arreglado en la última versión...

O sea, mucho más tranquilo...

Sí, la ley ha ido mejorándose, nos hemos reunido con los técnicos, con su redactor, con el presidente, con otros cabildos... Ahora queda el trámite parlamentario, pero tiene buena base. Siempre se ha dicho que había un obstáculo para el desarrollo de las Islas y la conservación del suelo y esta ley es valiente, no para consumir más y sí para conservarlo y desarrollar economía donde está permitido.

¿Le preocupa el nuevo decreto de alquiler vacacional?

Creemos que hay mucho espacio para desarrollar ese alquiler en la Isla de forma ordenada, pero no donde están las unidades de explotación: hoteles y apartamentos.

Pero los estudios dicen que la población no ve mal ni siquiera la cohabitación en zona turística...

El temor que tengo, y es razonable, es que pase lo que ocurrió en Ten-Bel, que era referente de buena explotación, un destino de calidad y sostenible hace 40 años, pero se rompió la unidad de explotación, vino el apartamento individual y, ahora, la calidad por el espacio, la rehabilitación... brillan por su ausencia: te has cargado algo muy bueno y la calidad es ínfima. Mi temor con ese alquiler es que ni se preocupa por el espacio, ni por la rehabilitación del apartamento ni tiene unidad de explotación.

¿Si el decreto definitivo no va por ahí lo recurrirán?

No, creo que, como ya estamos entrando en la segmentación de la Isla y sobre dónde es posible y dónde no, lo ideal es que se deje en manos de los cabildos decidir los ámbitos territoriales; que se nos deje esa potestad en función del desarrollo turístico y económico de cada zona, para no perjudicar a las unidades de explotación...