Al igual que ha ocurrido en su día con indudable éxito en los casos de los lagartos gigantes de El Hierro y La Gomera, el de Tenerife, Gallotia intermedia, inicia ahora su camino hacia la recuperación. Como primer paso la Dirección General de Protección de la Naturaleza acaba de dar a conocer la aprobación del documento de avance del correspondiente plan y ordena la consulta institucional a las administraciones territoriales afectadas, como son Cabildo y ayuntamientos de Arona, Buenavista del Norte y Santiago del Teide. Y ello es así en cuanto que en los espacios naturales de estos municipios es donde se localiza el grueso de las poblaciones de la especie.

Este lagarto es considerado una especie endémica de Tenerife incluida en el catálogo español de especies amenazadas y calificada de "vulnerable" en el Listado Canario de Especies protegidas. Todo ello "justifica la necesidad de redactar un plan de recuperación de conformidad con la normativa nacional, de carácter básico".

El lagarto gigante de Tenerife en el pasado se distribuía por amplias zonas de la Isla, mientras que en la actualidad sus pequeñas poblaciones han quedado restringidas a acantilados costeros muy inaccesibles. Al igual que ocurrió en La Gomera y en El Hierro, las principales amenazas son los gatos y ratas, así como la presión humana.

Hasta hace escasas fechas se consideraba una especie extinguida y aunque habían aparecido restos en yacimientos paleontológicos de la Isla, fue en 1996 cuando se capturaron los primeros ejemplares.

Los lagartos fueron encontrados en lugares muy inaccesibles como los acantilados de Los Gigantes, donde se calcula que existen alrededor de medio millar de ejemplares, y en montaña de Guaza, donde podría haber más de mil. En ambos casos el número de hembras es superior al de machos. Los lagartos pueden superar los 17 centímetros de longitud, por lo que son considerados reptiles "de talla considerable".

El objetivo del plan que se pone ahora en marcha es mitigar los factores que suponen una amenaza para su continuidad y contener su declive de manera que aumente el número de ejemplares. El ejecutivo considera también importante poner en conocimiento de la ciudadanía los problemas relacionados con su supervivencia. También se cree importante iniciar las acciones necesarias para garantizar su conservación, a fin de facilitar el apoyo de los vecinos para que el programa sea un éxito.

A partir de ahora se abre un plazo de dos meses para la tramitación y aprobación del plan de recuperación y conservación, tal y como fija la ley canaria. El lagarto gigante de Tenerife no se encuentra recogido en ninguna de las directivas europeas que protegen hábitats o especies, pero sí se ampara en el convenio de Berna, en el cual se conserva, entre otros, toda clase de reptiles.

El plan se desarrollará en tres líneas de trabajo. La primera buscará anular o mitigar los factores de amenaza a través de acciones de vigilancia y el control de mamíferos exóticos invasores. En la segunda se deberán realizar una serie de estudios que se consideran imprescindibles para la futura gestión eficaz de la especie y su área crítica. Por un lado, se llevará a cabo el censo de la población, con el fin de conocer el número actual de ejemplares.

Por otro se considera imprescindible la realización de un estudio genético que permita conocer el grado de parentesco entre las poblaciones aisladas, saber si se produce endogamia y en caso afirmativo aportar soluciones. La duración del plan será de cinco años aunque este podrá modificarse en función de la aparición de nuevos acontecimientos o amenazas. El coste inicial se sitúa en alrededor de medio millón de euros.