Su gozo en un pozo, como expresa con meridiana claridad el viejo refrán castellano. Manuel y Sandra, él de Ofra y ella de San Andrés, la pareja que "sobrevive" desde febrero pasado en una caseta de campaña en la playa de Las Teresitas, pasó ayer en pocas horas de la alegría y la ilusión a la más profunda de las tristezas. El trecho que va de ver cómo se abría la esperanza de tener por fin un techo en una casa que llegaron a visitar hasta el escueto argumento desde los servicios sociales recibido por la tarde: "No son aptos para una vivienda en alquiler".

La mañana había sido "muy positiva" en palabras de Manuel, de 42 años, que se dedica para subsistir a aparcar coches en el entorno de la playa, ya que Sandra, de 49, tiene diagnosticado un 70% de minusvalía. Manuel explicaba, alegre, que "hace un par de días nos han concedido la ayuda para el alquiler de un año, a través de la UMA (Unidad Móvil de Acercamiento). El jueves (mañana) o el viernes nos vamos a ir a una casa en El Suculum. La visité y hablé con el dueño, que es una gran persona, y nos va a ayudar".

Sobre las tres de la tarde llegaba el mazazo. Contactaban con Manuel desde el Ayuntamiento de Santa Cruz y le comunicaban que la operación daba marcha atrás.

Manuel lo explicaba así: "No lo entendí del todo, pero ponen como excusa que el perro (su fiel compañero Dino) no puede ir a la casa. No lo íbamos a subir porque es un animal grande y allí no puede estar. Pensé dejarlo en el albergue o que siga en la caseta y yo le llevaría la comida".

A las cinco de la tarde, "después de horas llamando a la responsable sin que me contestara", Manuel recibía otro golpe, por ahora el definitivo, en el sentido de que "dicen que no somos aptos para el alquiler. Y no entiendo nada". No parece fácil de comprender a primera vista y a falta de una explicación. Se asemeja a una crueldad innecesaria.