Unos minimizan el problema, otros, la mayoría, pasan a diario sin enterarse o miran para otro lado. Pero hay algunos que, directamente, "empachan" a las palomas, esos animalitos engrandecidos por la mitología. Viene a cuento por las imágenes que ilustran estas líneas, tomadas una tarde de este verano en uno de los puntos emblemáticos de Santa Cruz de Tenerife: la plaza Weyler. La fuente central del entorno, uno de los más bellos y tranquilos de la capital tinerfeña, aparece literalmente "tomada" por las aves. Incluso, hay momentos en los que ocupan prácticamente todo el espacio y tapan a los querubines. Este peculiar "horror vacui" ya es poco agradable, pero la cosa se complica cuando los animales "descargan" lo que han comido. Hay días en que les echan mucho millo. Y lo expulsan.