El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha descartado hoy acometer "cambios drásticos" en la red comercial, aunque sí ha reconocido que la entidad deberá ajustar sus oficinas y su plantilla a la nueva realidad del sector, marcada por la transformación digital.

Gortázar ha explicado que la reducción de personal es un tema que "está abierto" y que espera acordar con los sindicatos, y ha detallado que las salidas que plantea la entidad son voluntarias y se concentran en las zonas con excedente de plantilla.

"Confío en que lleguemos relativamente pronto a buen puerto", ha señalado el directivo, que ha asegurado que esta reducción de plantilla "no traumática" es necesaria para la institución, con el fin de ganar eficiencia.

Gortázar ha querido dejar claro que "el camino elegido es el de no hacer cambios drásticos", ya que éstos "no son positivos" y suelen indicar que "ha habido un error antes".

Ha resaltado, en este sentido, que para CaixaBank la red comercial es "absolutamente clave para el negocio", pues es la manera de llegar a los clientes, y ha apostado por invertir en la formación de los empleados, para que aporten valor añadido ofreciendo asesoramiento financiero a los clientes.

Gonzalo Gortázar ha afirmado asimismo que CaixaBank está inmersa en un proceso de concentración de oficinas, aunque ello no supondrá dejar de lado su responsabilidad de abandonar poblaciones, pese al coste que ello supone.

Ha comentado, en este sentido, que las 500 oficinas de la entidad "se van a convertir en 200", pero que este proceso no se hará pensando en la cuenta de resultados, sino en los clientes, que tendrán a su disposición sucursales más grandes, sin barreras físicas y con una mayor cercanía de los gestores.

"La red se irá adaptando en términos de número de oficinas con un menor número de ellas, pero tendremos una red que seguirá siendo clave para el banco y para la relación con los clientes", ha manifestado Gortázar.