La pobreza en Canarias no es un problema coyuntural consecuencia de la crisis económica, sino que se trata de una situación estructural derivada del actual modelo productivo, con bajos niveles de ingresos, rentas, gastos y también de productividad.

Así se desprende del ''Informe sobre desigualdad, pobreza y cohesión social en Canarias'', cuyas principales conclusiones han sido dadas a conocer tras el Consejo de Gobierno por el comisionado para la Inclusión Social y Lucha contra la Pobreza, Néstor Hernández.

El documento desarrolla un recorrido por los factores que inciden en la pobreza y la desigualdad, desde la estructura ocupacional, la feminización y juvenilización de la pobreza, análisis de la actuación de las administraciones públicas, la escasa productividad o el desarrollo de las prestaciones sociales.

Entre sus conclusiones destaca que el desempleo tiene una fuerte influencia sobre la pobreza, pero sostiene que en la actualidad el trabajo no es garantía de seguridad para alejarse de ella, pues los hogares pobres con ocupados han aumentado a ritmos elevados, lo que da cuenta del fenómeno de la pobreza laboral.

España y Canarias constituyen casos de estudio en los que se confirma la importancia del marco institucional del mercado de trabajo y de sus reformas en la incidencia de la pobreza. Al respecto, el documento incide en la asalarización de la pobreza que afecta también a los autónomos.

Otro de los factores recogidos en el informe y que influyen en que Canarias figure siempre entre las comunidades autónomas con menores niveles de renta es el abandono de la senda de la convergencia ya desde mediados de la década de los 90.

En este sentido, el comisionado indicó que Canarias cuenta con los salarios más bajos del conjunto del Estado y la brecha que separa el nivel de renta media regional del nacional se traduce inevitablemente en una mayor prevalencia de la pobreza en las islas.

Néstor Hernández indicó que los desequilibrios regionales en España deberían ser motivo suficiente para reclamar la mejoras de las políticas de cohesión interterritorial, y añadió que la renta salarial no obtiene compensación con las prestaciones del Estado como ocurre en otras Comunidades Autónomas.

El informe acredita que la bajada de salarios y de las prestaciones estatales son las que más han descendido en los últimos años, mientras que las aportaciones de la Comunidad Autónoma prácticamente se han mantenido hasta 2014, incrementándose en 2015 y 2016.

SENSIBILIDAD CÍCLICA DEL EMPLEO.

El documento también incluye que al elevado componente estructural de la tasa de desempleo hay que sumarle la elevada sensibilidad cíclica del empleo en las islas, que además destaca por una marcada desigualdad salarial. Al respecto, subraya que Canarias conoce una concentración de la renta, sobre todo debido al retroceso de las rentas más bajas.

Otra de las cuestiones que destaca el texto es el predominio de un tejido empresarial de empresas de reducido tamaño, con carencias en el capital humano. Su estrategia competitiva volcada en mercados locales sobre la premisa de que su supervivencia pasa por el control de los costes y la baja apuesta por la formación, así como la minimización de los costes laborales, incluidos los salariales, son factores que acrecientan la pobreza.

Asimismo, el informe resalta que el incremento de la demanda de empleo en Canarias se ha centrado en los últimos veinte años en trabajo no cualificado, así como la alta proporción de titulados superiores que desempeñan puestos de trabajo por debajo de su nivel, algo que en Canarias supera en más de 10 puntos porcentuales a España.

A este respecto, el documento alude a la necesidad de la flexibilización del sistema educativo, para su adaptación a un mercado laboral cambiante y que facilite la vuelta a la formación de los colectivos que en su día la abandonaron.

En cuanto al reparto de los beneficios asociados al avance de la productividad, argumenta que debería otorgarse una mayor atención a las medidas pre-distributivas (salarios más elevados, negociación colectiva, salarios mínimos o cláusulas sociales) frente a las re-distributivas (referidas a las prestaciones de la Administración central y autonómica).

Según Néstor Hernández, la convergencia hacia los estándares de renta per cápita y niveles de pobreza nacionales reclama una reflexión sobre el modelo económico canario, encaminada hacia una adecuada caracterización de sus debilidades y principales estrangulamientos, al objeto de diseñar medidas de actuación acertadas para su superación, y una segunda reflexión de sus potencialidades, con el propósito de consolidar las ventajas competitivas ya existentes y facilitar la creación de otras nuevas.

"En definitiva, se podría concluir que el crecimiento económico por si solo no pondrá fin a la pobreza y la exclusión, debiendo abordarse el cambio en el modelo productivo y la distribución justa de las rentas del trabajo y de los esfuerzos fiscales", concluyó el comisionado.