Acaban de cumplir 25 años y aún arrastran problemas de entonces. Los estudios de Informática de la Universidad de La Laguna llevan más de dos décadas buscando una sede que cumpla todas sus expectativas: una escuela lo suficientemente amplia como para albergar aulas, despachos, libros y laboratorios. Al principio, la biblioteca estaba en la Escuela de Magisterio y las clases se repartían entre la Facultad de Farmacia y un centro de formación de pilotos en el aeropuerto de Los Rodeos; más tarde, la docencia se trasladó a las dependencias de la torre de Químicas y el aulario anexo; hoy, cuando todas las ingenierías se aglutinan en la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT), ya tienen facultad nueva, pero la crisis solo ha permitido abrir una parte y muchos docentes tienen sus despachos en Física y Matemáticas. El sueño de tener una escuela está más cerca, pero no se ha culminado.

El profesor Lorenzo Moreno lideró la creación de la escuela cuando los estudios de Informática ni siquiera existían. Entonces en España la única opción para especializarse en esta área era cursar Ingeniería de Telecomunicaciones o Física. Esta última carrera fue la que eligió Moreno, que optó por el itinerario de Cálculo Automático y se licenció en la Universidad Complutense de Madrid en 1973. Después de defender su tesis doctoral se trasladó brevemente al País Vasco y a continuación a la Universidad Autónoma de Barcelona, donde trabajó como profesor durante diez años. Pero entonces la Universidad de La Laguna le ofreció una cátedra en la Facultad de Física y se mudó a Tenerife. Años más tarde puso en marcha el Centro Superior de Informática. El 18 de julio hizo 28 años que su familia y él se mudaron a la Isla.

En esa época los estudios técnicos que se ofrecían en la Isla eran impartidos por la Universidad Politécnica de Canarias, que acabó convirtiéndose en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). A finales de la década de los 80 la Politécnica había instaurado en su sede de La Laguna los estudios de diplomado en Informática de Sistemas y de Gestión. En 1990 nació oficialmente la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y hubo que reestructurar el sistema de enseñanza superior del Archipiélago.

"Cuando se creó la ULPGC se adscribieron los centros a los rectorados más próximos. Las instalaciones que tenía la Politécnica en Tenerife se las quedó la Universidad de La Laguna. Entre ellas, las de Informática. Esa escuela impartía un título de grado medio, pero nosotros decidimos crear el Centro Superior de Informática para ofrecer también titulaciones de segundo ciclo", resume el profesor. "Muchos alumnos de Física fueron contratados y se asumió a gran parte del profesorado de la Politécnica".

La estancia de Moreno en la ULL ha sido tan satisfactoria que aunque podría haberse jubilado hace dos años ha decidido prolongar su vida académica. Sigue teniendo su despacho en la cuarta planta de la Facultad de Física, aunque da clases en el grado de Informática y en el Máster de Educación y TIC.

"Lo más complicado durante todos estos años ha sido, con diferencia, encontrar dónde impartir la docencia", expone. Ha sido una especie de carrera de obstáculos que han ido sorteando. Desde el principio, dar clase en Los Rodeos fue insostenible -"había muy pocas aulas"- pero tuvieron que permanecer allí "tres o cuatro años". Luego los estudios se ubicaron donde se encuentra hoy la Fundación General de la Universidad (Fgull) -en la Torre de Químicas- y en el aulario anexo. Seguían desperdigados y sin sede propia. El edificio no se abrió hasta 2004, o al menos una parte.

"Desde que se creó el Centro Superior de Informática, la Universidad reservó una partida para construir la escuela, pero no se pudo hacer porque no teníamos terreno donde construirla", cuenta. "Cuando consiguió el solar la inflación había hecho efecto y el proyecto tuvo que desarrollarse por fases".

En la primera se creó el aulario, algunos laboratorios y algunos despachos. "Y así hemos estado y prácticamente seguimos estando. La maqueta la teníamos desde el primer día que empezamos a impartir clase en la Universidad de La Laguna, en el Rectorado, pero el camino ha sido largo".

La segunda fase se terminó hace unos años: "Los módulos departamentales, los laboratorios y los despachos de los profesores ya están listos, pero solo por fuera. Está el continente, pero no el contenido. No hay instalación eléctrica ni de la red de datos. Es una pena".

Los problemas de espacio no son los de antes, pero 25 años después aún siguen ocupando despachos que no son suyos.