Hace algunos años que la asociación de vecinos Las Dos Palmeras dio unas importantes conferencias sobre el ilustre portuense don Telesforo Bravo, hombre muy querido en todas partes.

Hoy me viene a la memoria este ilustre portuense. Una persona muy querida y muy apreciada en muchos lugares. Con el paso del tiempo, parece que los hombres nos olvidamos de tan importantes e ilustres personajes.

Hace pocas fechas, en la casa de La Parra, más conocida como la casa de Los Lagares, se celebró, me cuentan, un homenaje o exposición en su memoria, y el tiempo pasa, indudablemente.

Conocí a este personaje portuense en la calle San Juan del Puerto de la Cruz, hace muchísimos años, y colaboró en uno de mis libros, al igual que hiciera don Antonio González, don Manuel Rodríguez Mesa, don Antonio Luque y tantos otros amigos. En la retina de mis ojos tengo su imagen, y me comentan que hace unos años recibió -ya un poco tarde- el Premio Canarias.

Él nos enseñó a cuidar la naturaleza, a conservar nuestros dragos, como el de San Francisco, el de Siete Fuentes y tantos otros bellos ejemplares que extienden sus centenarias raíces por nuestra tierra. El milenario drago de Icod y el "sucesor y más bello", como lo es el de San Francisco de Los Realejos.

De don Telesforo Bravo guardo muchos y gratos recuerdos, y cuando veo el maltrato que le dan al de San Francisco de Los Realejos, donde ya ha llegado el cemento, me vienen a la memoria aquellas palabras suyas: "Con la naturaleza no se juega".

Hoy lo recuerdo con verdadera nostalgia y cariño, pues demostró savia de que era un hombre amable, cariñoso y generoso. De los dragos realejeros y de sabia naturaleza, de las torrenteras de la tierra y de muchas cosas importantes.

Vaya mi más grato recuerdo al ilustre portuense don Telesforo Bravo. Este hombre fue un gran estudioso de las aguas y subsuelos de Los Realejos que tan generosamente colaboró en mi primer libro, "Apuntes realejeros".

De Los Realejos y, concretamente, de Tigaiga y sus perforaciones sabía mucho.