España, bronce en Londres 2012, empezará su andadura en estos Juegos Olímpicos midiéndose con Montenegro (20:40 horas), que ha recuperado a la legendaria Bojana Popovic. Después de cuatro años de retirada de las pistas, ha vuelto con la mente centrada en esta cita. Será el primer gran escollo para las de Jorge Dueñas, que afrontan un grupo durísimo que completan Rumanía (bronce en el último Mundial), Angola y las dos principales favoritas al oro (Noruega y Brasil).

Estas dos selecciones representan el duelo entre la tradición nórdica y el balonmano emergente de las cariocas, que tratará de impedir la conquista del tercer oro consecutivo de su gran rival. El título mundial de 2013 es el aval para las anfitrionas, comandadas por la extremo Alexandra Do Nascimento y la lateral "Duda" Amorim. Las alternativas serán Rusia y Holanda, encuadradas en el otro grupo, y con las que podría cruzarse España si supera el duro escollo de la primera fase. El objetivo mínimo para ello, la tercera plaza.

Las "guerreras" deberán empezar ganando a su verdugo de hace cuatro años en Londres. "Montenegro es un equipo que siempre juega el límite del rigor arbitral, por lo que será muy importante que no entremos en su guerra. Hay que intentar ser listas en ataque y evitar que nos hagan demasiadas faltas, que nos desgasten físicamente y nos obliguen a jugar con precipitación", señaló Dueñas ayer.

Usar la amplia gama de recursos ofensivos de la que dispone el combinado nacional puede decantar la balanza a su favor. "Nuestro ataque debe ser muy dinámico, muy rico. Ese ataque imprevisible que haga que los equipos no sepan por donde les vamos a atacar y, sobre todo, debemos tener mucha variedad en la aportación de goles, que no sean sólo una o dos jugadoras las que lleven el peso", explicó el seleccionador.

La tinerfeña Eli Chávez, techo de la selección con sus 192 centímetros y presente en los anteriores Juegos Olímpicos como invitada, tendrá en esta ocasión un papel mucho más relevante en la formación. Se lo ha ganado a pulso.