Cada día que pasa hay más voces de peso socialistas que piden al PSOE una abstención para evitar unas terceras elecciones o que, al menos, abra el debate para discutirlo, mientras PP y C''s siguen también presionando a la dirección del partido, que aguanta atrincherada en el "no" a Mariano Rajoy.

Si el jueves era el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero quien advertía de lo perjudicial que serían unos nuevos comicios y defendía un proceso de diálogo interno para hablar de la investidura, el viernes el exvicepresidente del Ejecutivo Alfonso Guerra se sumaba al debate apoyando una abstención "generalizada".

Una abstención por responsabilidad, que permita salir del bloqueo institucional, ha subrayado en la línea de lo que días atrás dijo Felipe González, pero sin dar "carta blanca" al candidato del PP.

A la idea de Zapatero de promover ese debate dentro del partido se ha apuntado también el secretario general del PSOE en Aragón, Javier Lambán, quien ha asegurado que él ya lo viene intentando pese a los "insultos" de algunos compañeros.

Por su parte, el alcalde de Soria, Carlos Martínez, que está en la órbita de la dirección de no apoyar a Rajoy, sí ha dejado la puerta abierta, no obstante, a negociar siempre y cuando haya algún tipo de propuesta.

Y ante las recomendaciones de los suyos, el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, ha recordado que es una cuestión ya decidida en el último comité federal, aunque si es necesario más debate porque alguien ha cambiado de opinión lo habrá, pero ha dicho estar convencido de que ningún dirigente querrá "indultar" a Rajoy con su abstención.

También al PP le ha advertido de que no van a "quebrar" la voluntad del PSOE, que seguirán "unidos" en el "no" a la reelección de Rajoy, y no van a aceptar "consejos" de un partido procesado "por corrupción y financiación ilegal".

Si bien la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, no ha querido entrar en la polémica interna de los socialistas, sí ha asegurado que cada partido debe ser consciente de su propia responsabilidad para que no se repitan las elecciones.

Ha coneljuevesfirmado que Rajoy tiene el propósito de seguir "trabajando" con Sánchez.

Para ella, más importante que la fecha de la investidura que reclama la oposición es la fecha del acuerdo para formar Gobierno en el marco del cauce de diálogo iniciado con Ciudadanos.

Quien sí ha seguido con las presiones desde el PP ha sido el vicesecretario de Sectorial, Javier Maroto, que no solo ha apreciado la "valentía" de los dirigentes socialistas que públicamente han dicho que "Sánchez se equivoca", sino que ha ido un paso más allá al animarles a que voten por la abstención en el Comité Federal.

Mientras tanto, Ciudadanos ha vuelto a poner la pelota en el tejado del PSOE al que ha pedido un esfuerzo para pasar del no a la abstención, como ha hecho el partido naranja, ha recordado el secretario de Comunicación, Fernando del Páramo, avisando de que el "inmovilismo puede ser una cobardía".

Ciudadanos sigue descartando un sí a Rajoy y no les parece "creíble", ha señalado Del Páramo, que si ellos apoyaran al candidato al PP, los socialistas optaran por facilitar su investidura.

De este escenario político, queda fuera Podemos a no ser que fracase la investidura del líder del PP, si es que finalmente se celebra, e intenten formar una "mayoría parlamentaria" con los socialistas, ha señalado el portavoz en la Cámara, Íñigo Errejón, aunque ha reconocido que "le faltan datos" para saber cómo actuaría Sánchez en ese caso.

A su manera, Podemos ha entrado también en el juego de la presión al PSOE al recalcar que no debería cambiar "la palabra dada" durante toda la campaña y espera que se resista ante quienes le piden que se haga "un cierto ''arakiri''" en favor de la gobernabilidad.