En esto del turismo, tenemos la certeza de que a su desarrollo ha contribuido de una forma espectacular y decisiva una buena parte de la sociedad mundial. Eso que en el argot popular se dice de muchas personas identificadas con eso de que "es buena gente".

En su publicación digital dominical de El Archivo, el prestigioso nicaragüense Alejandro José Gallard se refería a un sorprendente artículo que circuló por el mundo cibernético: un episodio que sucedió como consecuencia de la tragedia del 11 de septiembre en los Estados Unidos de América:

"En Newfoudland, Canadá, específicamente en el Aeropuerto Internacional de Gander, ciudad donde los poco más de 10.000 residentes recibieron 6.700 pasajeros en horas, de todos los vuelos forzados a aterrizar en ese lugar. Personas que fueron distribuidas en comunidades, en un radio de 75 kilómetros, en pequeños pueblos -Lewisporte entre ellos-, donde hospedaron al grupo de quien escribió este relato, utilizando escuelas secundarias, casas particulares y de campo, salones...; algunos en camas y otros en sacos de dormir. Todo lo hacían con eficiencia y deseo de servir. Al final declaraban que fue una experiencia inigualable, como si hubiesen estado en un crucero, ya que todos en los grupos se conocían por su nombre. Pero fue en el vuelo de Delta a Atlanta donde un médico de Virginia logró que le permitiesen usar el micrófono de a bordo para exaltar la hospitalidad que habían recibido de la buena gente de Lewisporte, y que deseaba establecer un fondo fiduciario de becas universitarias para los estudiantes de secundaria, bajo el nombre de Delta 15 -el número del vuelo-. Allí mismo, los pasajeros lograron reunir 14.000 dólares en donaciones. El proyecto ha sido tan exitoso, que ya el fondo pasó a un millón y medio de dólares y ha ayudado a 134 alumnos en su educación universitaria en una década".

Enlaza nuestro brillante personaje este episodio, en El Archivo de hace unas semanas, con un juicioso y esclarecedor comentario sobre los errores humanos: "El mayor de los errores del ser humano es querer hacerlo todo a la vez", dice Alejandro J. Gallard. Luego se va a comentar la actitud del médico de Virginia, con el siguiente párrafo: "El médico del Estado de Virginia que citamos en El Archivo anterior nos da la pauta al decir que todavía hay mucha gente buena en el mundo, o sea, que hay voluntad, y los retos se resuelven con voluntad, paciencia, persistencia y honestidad, pero todos a la vez es imposible".

Escritos y reflexiones que nos han puesto a recordar la infinidad de personas buenas que hemos tenido la suerte de encontrar en todo el camino de una larga vida, las cuales nos han ayudado a seguir persiguiendo metas, todas relacionadas con la convivencia y la paz, en este mundo convulsionado por esa "maldad bajo el sol" que hemos comentado reiteradamente en muchos de nuestros artículos publicados en varios medios de prensa internacionales.

En el mundo del turismo abundan -tienen que abundar- las gentes buenas. Es imposible desarrollar bien un programa de convivencia humana sin unos valores espirituales donde se unan la comprensión, el respeto a los semejantes y el sentido de la solidaridad. Son atributos que llevan consigo las personas buenas, quienes, desgraciadamente, no han tenido la ocasión de asistir para afirmar sus actitudes, a unos buenos cursos donde se les expliquen con las debidas garantías y la claridad suficiente los principios de la paz, tal como marca la excelencia de la Universidad para la Paz, un hito mundial lamentablemente poco conocido en este gran escenario en que vivimos.

Hoy, cuando recibimos casi diariamente noticias personales amistosas, de muchos lejanos lugares del mundo, gracias a los increíbles adelantos de la era digital, tenemos razones más que suficientes para congratularnos y alegrarnos por haber seguido un camino donde los encuentros con esa "buena gente" han sido una constante, como lo demuestra el cariño y el amor que los mismos trasmiten en sus escritos, y que dan fe de su existencia.

Lejos, muy lejos, quedan aquellos otros que señalamos en nuestra "maldad bajo el sol", capaces de lo que sea para beneficiarse personalmente. Como decía Edward Deming -el hombre de "la calidad total"-, son el desperdicio. "Todavía hay mucha gente buena en el mundo"

*Del grupo de expertos de la Organización Mundial del Turismo (UNTWO)