Ocho décadas después de la muerte de Federico García Lorca, el legado inmaterial de una de las figuras más universales de la literatura hace latir iniciativas culturales, turísticas y sociales en su tierra natal, que espera recibir el impulso de su otra herencia, la documental, aún exiliada en Madrid.

Premios de poesía, festivales, procesiones o rutas turísticas demuestran que el interés por el poeta y dramaturgo asesinado en agosto de 1936 no se ha apagado con el paso del tiempo en Granada, que reivindica así la vigencia de su vida, de su obra, de su valioso legado.

Citas culturales tan destacadas como el Festival Internacional de Música y Danza, con origen en los conciertos sinfónicos que desde 1883 se celebraban en la Alhambra durante las fiestas de Corpus Christi, guardan relación también con la celebración del Concurso de Cante Jondo, convocado en 1922 entre otros por García Lorca y Falla.

No menos prestigioso es el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada que lleva el nombre de Federico García Lorca, dotado en la actualidad con 30.000 euros y que nació como el de mayor cuantía económica en su género.

La estrecha relación con su tierra natal, con la vega de Granada o con tradiciones populares se mantiene más allá de su literatura con ejemplos como la conocida Romería del Cristo del Paño de Moclín, que sigue congregando cada año a miles de devotos de este gran lienzo al que atribuyen propiedades curativas y de fertilidad y en el que García Lorca basó el desenlace de "Yerma".

Federico da también nombre a uno de los parques más frecuentados de la capital granadina, en cuyo corazón está la Huerta de San Vicente -la que fuera residencia estival de su familia-, e inspira también otros programas culturales como "Lorca y Granada en los Jardines del Generalife" o el festival "Me vuelves Lorca".

Tal es el interés que su vida y su obra siguen despertando que empresas turísticas como Cicerone ofertan una ruta guiada por los lugares vinculados a la figura de Federico en la ciudad de Granada.

Para ahondar en ese espíritu lorquiano que inunda la ciudad que con sus versos hizo aún más universal, Granada apostó por construir el Centro Lorca, un proyecto destinado a mantener viva la memoria del poeta y a acoger su legado, que empezó a tomar cuerpo en 2008 y ha superado el año de vida sin los más de 5.000 documentos lorquianos.

Las cámaras acorazadas de acero, de cinco por tres metros cuadrados, creadas para proteger las partituras a las que Lorca dio vida en su piano, sus manuscritos, dibujos y fotografías familiares, esperan vacías a que la tragicomedia de la llegada del legado escriba su último verso.

Y así, mientras los más de 5.000 documentos lorquianos continúan en la Residencia de Estudiantes de Madrid, los 4.700 metros cuadrados del luminoso edificio de corte vanguardista del centro de Granada han cumplido su primer año con conciertos, conferencias y guiños lorquianos.

Las medidas de seguridad y los infrarrojos instalados para mantener intacto el legado del dramaturgo esperan avances en las negociaciones, que sumaron este año su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Comunidad de Madrid, casi una afrenta para la Junta, que avanzó que haría lo mismo cuando el tesoro documental del autor de "Yerma" llegue a Granada.

Mientras, las fechas se suceden y caducan en el calendario que marca la historia de este centro museístico, que nació con años de retraso y que ahora pelea en los despechos para desenmarañar las deudas pendientes, las causas judiciales y los pagos sin justificar.

Una auditoría trata de aclarar las cuentas de la Fundación García Lorca para que el legado llegue a la ciudad que inmortalizó el poeta, una Granada que late con el otro legado, el que la hace sentirse "enlorquecida", como acuñó el primer director de la casa museo del dramaturgo, Juan de Loxa.