San Roque saldrá en su tradicional romería mañana. Será la 56 ediciones de este paseo romero lleno de folclore, ambiente típico canario, buena comida y vino de la tierra, devoción y tradición. La primera romería, tal y como se conoce en la actualidad, se celebró en el año 1960.

Desde las 9:30 horas, se demostrará la devoción al santo en la Villa y Puerto con la misa de los peregrinos en la ermita de San Roque. Los más devotos se acercan a la plaza y acompañan al santo hasta la parroquia de Santa Ana, donde se celebrará, a partir de las 11:30 horas, la solemne eucaristía.

El paseo de San Roque desde su ermita hasta Santa Ana es uno de los momentos más sentidos de la jornada del 16 de agosto. La Hermandad de la Chácara y el Tambor hace las delicias de los asistentes tocando el "Tajaraste" y los balcones de los vecinos de la calle Santo Domingo salpican de pétalos de flores al santo. Una estampa digna de vivirla y sentirla.

Tras la celebración de la misa, San Roque es trasladado hasta la plaza Ramón Arocha, en el muelle viejo, desde donde saldrá la romería y comenzará el paseo de 16 carros y 25 carretas con el santo a la cabeza. Las calles adoquinadas Pérez Zamora, Esteban de Ponte y San Roque verán desfilar a 15 carros y 25 carretas, además de grupos folclóricos, romeros y parrandas, que llegarán hasta la plaza de San Roque, donde termina la romería. El gran baile de romeros será el colofón a un día lleno de jolgorio y alegría.

El baile de magos fue un acto señero en las fiestas garachiquenses y en los últimos años sufrió un cierto retroceso que obligó a la organización a tomar medidas. El Baile terminó en torno a las 6:00 horas del domingo con la tradicional entrega de cañitas a San Roque. Con entrada libre y gratuita, pero con la condición imprescindible de ir ataviado con traje típico o tradicional, el aforo de la plaza quedó cubierto. A 20 euros el alquiler de la mesa con 10 sillas, el tipismo predominó en una noche marcada por la gastronomía de la tierra. Dos orquestas, Los Roquer''s y Bilongo, amenizaron las horas a los cientos de asistentes.