Ha ocurrido en zonas sensibles de La Gomera y de Gran Canaria y ahora también en Tenerife. Vecinos de Anaga denunciaron ayer la proliferación de cabras asilvestradas a lo largo de todo el macizo, sobre todo desde hace dos o tres años.

Son animales que, tras alejarse del cuidado de sus dueños, se fueron quedando en el campo y han criado sin control.

En concreto, y aunque aseguran que uno de los "grandes focos" de estas cabras asilvestradas se encuentra en el Lomo de Las Bodegas, también es frecuente observarlas, desde los senderos que atraviesan la zona, en otros puntos del macizo.

La preocupación de los vecinos ya no radica solo en el daño que estas cabras pueden producir en las características propias de este enclave de la Isla, declarado Reserva de la Biosfera, sino también en el que están produciendo en cultivos particulares.

"Arrancan ramas de árboles frutales que luego no vuelven a retoñar, destrozan huertas de papas y hasta derriban paredes", asegura uno de los vecinos afectados, al que han llegado a dañar, incluso, un vallado con el que trataba de impedirles el paso en su propiedad.

No es de extrañar cuando tan solo en el Lomo de Las Bodegas se pueden juntar hasta 20 ejemplares, algunos de ellos grandes machos. "El que conoce a las cabras sabe cómo actúan. Comen aquí, comen allá, y no paran en todo el día", remarca este vecino.

De la preocupación de los residentes en el Macizo tiene constancia el Cabildo de Tenerife, y otros servicios, desde julio del año pasado. Es más, desde la Corporación insular reconocieron en una respuesta a una afectada que conocían el problema en la Oficina de Gestión del Parque Rural de Anaga y del Servicio Técnico de Gestión Territorial Ambiental.

También indicaron que se estaba trabajando "conjuntamente" con el Seprona de la Guardia Civil y el Gobierno de Canarias para resolver el problema "en un plazo razonable".

Un año después, indican ahora los vecinos, allí no se ha hecho nada y las cabras asilvestradas siguen "haciendo de las suyas".

Al respecto, y aunque prefieren no pronunciarse sobre los sistemas que deben emplearse para su control, sí subrayan que en otros lugares de las Islas se han usado métodos cinegéticos debido a las características del terreno en el que se mueven.

Un control polémico

Los métodos utilizados para el control del ganado guanil en las Islas ha generado mucha controversia. En Gran Canaria varios colectivos mostraron su rechazo al uso de armas de fuego permitido por el Cabildo para su eliminación. Los colectivos ecologistas propusieron el uso de dardos anestésicos o mallas metálicas de separación. Sin embargo, estos métodos tampoco se han revelado efectivos en lugares de difícil acceso. Por eso se han estudiado otras alternativas como el uso de la cabra "judas", ejemplar controlado con GPS.