Nació en 2011 como una plaza pintada, un concepto de espacio de ocio que, por entonces, era pionero en la Isla. Sin embargo, al menos en los últimos días, la imagen ha sido otra muy distinta: un lugar marcado por los desperfectos, visibles sobre todo en unas pilonas desprendidas de su superficie y ladeadas en el asfalto.

Fuentes oficiales del Ayuntamiento de La Laguna apuntaron ayer que la situación se debe a actos vandálicos realizados en fechas recientes, dado que, añadieron, hasta poco tiempo atrás, la zona se encontraba en buena condiciones de conservación.

Más en detalle, los problemas mayores se descubren fundamentalmente en esa especie de bolardos, formados por una base de cemento armado y ruedas de colores a su alrededor, de los que, incluso, uno aparecía introducido dentro de una jardinera. En paralelo también se distinguían daños en una superficie blanda que está situada en uno de los extremos de este punto.

Echando la vista atrás, se trata de una propuesta que fue utilizada como solución para que la zona tuviera un uso tras la demolición del antiguo Mercado y otras circunstancias que se dieron, que lo habían dejado como un enclave degradado. La fórmula más fácil y barata que encontraron desde el consistorio fue darle color al asfalto y crear un recinto destinado al ocio en general y al aprendizaje vial de menores.

El texto del proyecto refería no solo la aplicación de pinturas y la limitación de sus bordes, sino también la incorporación de iluminación adecuada y de elementos de jardinería precisamente para esa determinación de sus lados, en cuya estética alejada de lo que en su día se previó influyen los grafitis cercanos.

Ahora bien, las características de esta área pueden ser otras completamente distintas con la construcción del nuevo Mercado, un proyecto por el que los comerciantes esperan desde hace años y que devolvería la actividad que se fue cuando los daños estructurales de la instalación obligaron a su demolición y a trasladarla a la plaza del Cristo.