Dicen que quien olvida de dónde viene desconoce el camino que debe seguir, y los pueblos del Macizo de Anaga pueden dar fe de ello. Sus vecinos, vivan aún en ellos o no, que de todo hay, siguen aferrados a sus tradiciones, esas que los han hecho merecedores de tantos reconocimientos por conservar su esencia.

Uno de esos ejemplos se produjo el pasado 15 de agosto, con la celebración de la Octava a la Virgen de las Nieves, patrona de Anaga. Gracias a la colaboración, todo hay que decirlo, del Cabildo de Tenerife, que puso una guagua para los caseríos del interior (Taborno, Afur, Roque Negro y Casas de la Cumbre) y un micro para Chamorga y Las Bodegas, muchos mayores de la zona pudieron disfrutar del traslado de la patrona.

Especialmente agradecidos se muestran con Cristóbal Rodríguez, jefe del Servicio Técnico de Gestión Territorial Ambiental del Cabildo, y con Pilar Peinado, directora del Parque Rural de Anaga, pues hacía años que, debido a que la gran mayoría carece de vehículo para moverse, tener esta posibilidad ha sido una alegría. Eso sí, confían en que la iniciativa se repita en ediciones posteriores, "pues es nuestra patrona y nos gustaría asistir siempre que podamos".

Y como esa es la idea, los vecinos del Macizo también quieren recuperar una de las costumbres de antaño: las colaboraciones ciudadanas que se hacían en cada barrio para llevarle como ofrenda a la Virgen de Las Nieves una lluvia de cohetes, prendas de oro, flores... "Anaga es una y tenemos que permanecer unidos", enfatizan.