Los centros de Educación Primaria podrán elegir entre sesiones de 45 o 55 minutos el próximo curso siempre que respeten la carga lectiva prevista en los currículos académicos. La Consejería de Educación y Universidades publicó ayer la orden que regula la duración de las clases después de que los sindicatos trasladaran una reivindicación compartida por muchos equipos directivos, que planteaban la necesidad de poder ampliar la duración de determinadas asignaturas.

El horario semanal del alumnado de esta etapa educativa será de veinticinco horas lectivas, incluyendo dentro de este cómputo las dos horas y media destinadas al recreo. Los centros educativos podrán fijar en su proyecto de gestión la duración de las distintas sesiones lectivas para cada área curricular y curso. Según la nueva regulación, la duración de las sesiones será, con carácter ordinario, de 45 minutos, pero los centros, en virtud de su autonomía, podrán optar por las sesiones lectivas de 55 minutos.

Las áreas de Matemáticas, Lengua Castellana y Literatura y Primera Lengua Extranjera, dado su carácter instrumental, "recibirán especial consideración a la hora de establecer los criterios para la elaboración de los horarios".

Además, "el horario destinado a la impartición de las distintas áreas se podrá organizar de tal manera que permita favorecer el proceso de enseñanza aprendizaje y facilite la consecución de los objetivos de la etapa y el desarrollo de las competencias por parte del alumnado", según se detalla en la citada orden.

Algunos sindicatos habían manifestado el malestar de los docentes, que encontraban dificultades para avanzar en la materia con tan poco tiempo. La decisión fue anunciada por representantes de la Dirección General de Personal en una mesa técnica celebrada en el mes de abril, pero no se había materializado hasta la fecha, lo que había generado inquietud entre los docentes de cara al próximo curso.

La imposibilidad de ofrecer clases de una hora se acordó en 2014 y derivó en multitud de quejas por parte de los profesores, que insistían en que al final de cada asignatura, con el cambio de una materia a otra, las clases quedaban reducidas a treinta minutos, y eso tenía un efecto claro sobre la formación de los menores. La normativa ya permitía optar, en teoría, entre sesiones de 45 o 60 minutos, pero en la práctica resultaba prácticamente imposible cuadrar los horarios.

Por ese motivo, varias centrales sindicales han planteado desde comienzos del curso pasado la conveniencia de que Educación publicara una orden que incluyera un cuadro específico para las sesiones de mayor duración, con el fin de orientar a los centros que optasen por esa posibilidad. La nueva normativa publicada ayer cumple con esa demanda del profesorado.