Polo Ortí es un compositor muy versátil. Lo que no quiere decir que no exista una serie de bases para la composición musical.

Durante el curso que ha impartido dentro del ciclo de jazz "Atardecer sonoro", Ortí ha dejado claro que "todo lo que se ha ido haciendo en el pasado ha servido para un punto de partida. Ahora se trata de innovar". La formación "Composición bajo mi punto de vista" ha contado con la presencia de más de una decena de alumnos que han mostrado lo aprendido en una "jam session".

El pianista y compositor es una de las figuras más importantes de la música en el ámbito nacional y ha tenido la oportunidad de codearse con los grandes del jazz a nivel internacional. Su mezcla de estilos hace que pueda componer "temas con una reminiscencia clásica o más contemporáneos, o para cine o de jazz... No es incompatible componer una pieza clásica con piano y viola y que tu siguiente tema sea una samba moderna", confiesa.

Por otro lado, en cuanto a definirse o encasillarse, el portuense lo tiene claro: "Si definirse significa dedicarse solo a un estilo, para mí sería como cortar las alas. ¿Por qué tienes que hacer solo un estilo si te gustan varios y se te dan bien?".

Sin embargo, sí reconoce la relevancia de que el público te identifique con un sonido. "Lo que sí es importante es que la gente cuando oiga algo de tu música te reconozca... Diga, este es Polo Ortí", una afirmación que acompaña de una anécdota que le sucedió en La Laguna: "Una noche estábamos reunidos en casa de un amigo, tocando con las ventanas abiertas, y la gente gritaba mi nombre desde las calles".

Hace alusión a artistas que ya tienen un sello muy marcado como Chick Corea o pone de ejemplo a Mozart. "Yo escucho dos notas de Mozart y no sé si es la sinfonía 24 o 28, pero sé que es él", argumenta. Del mismo modo debe de pasarle con Lyle Mays, ya que lo define como "el músico que más me llega, el que su música más me emociona y el que tiene todos los valores que me gustan: creatividad, tradición, ejecución, imaginación... para mí es el mejor".

Mays ha sido profesor de Polo Ortí en Boston, donde estudió junto a muchos músicos con talento. "Quería ir a Estados Unidos porque sabía que por allí estaban los grandes músicos que yo idolatraba. En la Berklee estaba el vibrafonista Gary Burton, por ejemplo. Allí también descubrí a otro montón de chicos que eran diferentes, talentosos", cuenta.

Polo Ortí considera que cada composición es algo así como un hijo. "Mientras lo estás pariendo estás a tope, todos los días pensando ¿cómo sigo?, ¿ahora qué hago..? y cuando ya salió te preguntas ¿y ahora qué? Hay que buscar otro siempre. Lo ideal es estar activo, intentando componer aunque a veces no haya proyectos, pero hay que estar siempre en la búsqueda continua", recomienda el pianista.

Lo que también tiene claro con respecto a sus composiciones y canciones es que "cada una de ellas son como bandas sonoras de un momento de mi vida. Cada tema es una fotografía de una sensación... Cada momento tiene su música", concluye.