Un punto de seis posibles. El CD Tenerife parece empeñado en plagiar su mal inicio de temporada de los últimos años y ayer no pasó del empate ante un Sevilla Atlético con mucho oficio en la salida, que aprovechó un regalo para adelantarse y supo vivir luego de las rentas. Ni contra diez, pese a su tímida mejoría de la segunda parte, dejaron los insulares de ser un equipo espeso, sin filo y con una falta de precisión que asusta tanto como el escaso nivel de algunos de sus primeros espadas. Y así, claro, es imposible.

Volvió Choco Lozano a la Isla y, con apenas dos entrenamientos, entró en el once. Tal era la necesidad en ataque de los blanquiazules que José Luis Martí apostó también por Cristo González y devolvió a su lugar natural (las bandas) a Suso Santana y Omar Perdomo de partida. Mientras sus compañeros se batían el cobre para lograr los tres primeros puntos del Campeonato, Nano vivía sus últimas horas en el Heliodoro a lágrima viva. Quiso irse y se va para jugar en Primera.

Con los últimos abonados esperando en la taquilla para sacar su pase llegó la primera acción de peligro del partido. Fruto de una mala entrega de Aitor Sanz, Carlos Fernández dispuso de un disparo que cruzó demasiado (1''). Fue un anticipo de lo que estaba por venir, no en número de ocasiones, sino en la incomodidad del centro del campo local. De ahí que, con mayor frecuencia de la deseada, apareciera el recurso del juego directo. En una de esas acciones, avisó Lozano a los asustados centrales sevillistas sin llegar a conectar el remate.

Parecía que encontraba su lugar en el partido el cuadro insular cuando un error grave e incomprensible de Jorge puso en bandeja el gol a Cotán (19''). Pecado de juventud. Pero de eso no estuvo exento el filial hispalense y, apenas dos minutos más tarde, Ivi quiso tomarse la justicia por su mano ante Raúl Cámara por un choque anterior y realizó una dura entrada que no podía tener un castigo distinto a la tarjeta roja directa.

El partido se volvió algo bronco, con un Sevilla Atlético que pareció asumir el credo bilardista para empezar a perder tiempo de forma descarada y acudir a cada choque sin demasiada medida. El Tenerife, con los pasillos interiores cerrados, se consagró a tirar centros. En uno de ellos, Cristo González cabeceó desviado (29''). Le sucedió, poco antes del descanso, Lozano con otro remate de cabeza que no encontró portería (43''). Pero faltaba continuidad para inquietar a un rival que, pese a la inferioridad numérica, seguía tirando de esfuerzo físico para mantener su alto nivel de presión.

Algo tenía que cambiar en la reanudación. Martí se decantó por Edu Oriol en lugar de Raúl Cámara para ganar un efectivo en la combinación ofensiva. Nada más entrar, puso un buen balón que ni Omar Perdomo primero ni Iñaki tras el rechace lograron colocar entre los tres palos (49''). Pareció más intenso el conjunto tinerfeño, quizás ayudado por el paso atrás que dio el filial sevillista. Pero la realidad es que los guantes de Soriano tardaron 61 minutos en servir para algo. Despejó a córner un disparo de Cristo González, y en el saque del mismo, volvió a intervenir para tapar un cabezazo del canterano tras el que se cantaba gol (61'').

El dominio, más territorial que efectivo, careció de intención en el toque como para mover a un adversario diezmado. La finalización de cada ataque siguió siendo un centro desde la banda o una acción individual. De hecho, la primera jugada hilvanada del Tenerife sí que puso el uy en las gradas. Entró Vitolo en el área y puso un balón al que casi llega Lozano (65''). No iba a esperar mucho más el hondureño, que recibió de Cristo González después de un robo y no se lo pensó dos veces antes de encañonar un disparo que se coló por la escuadra izquierda de la meta visitante (67'').

La entrada de Crosas dio algo de aire al centro del campo local, que ganó en precisión a la hora de llevar a tres cuartos el balón. Ahí faltaron ideas, a pesar de que el partido se jugaba ya en un solo sentido, el de la portería visitante. El banquillo se movió por última vez con la entrada de Ale Pipo por un Omar Perdomo que estuvo más batallador que acertado. El canterano fue capaz de intervenir con temple para que Iñaki ganara la espalda a Carmona y pusiera un balón de gol al que no llegó Lozano por muy poco (85''). De nuevo el catracho, que concentró la práctica totalidad de los remates blanquiazules, cabeceó alto un centro de Suso en el último intento de un Tenerife que pudo ganar. Pero por insistencia más que por fútbol.

1-1

tenerife sevilla atlético

CD Tenerife: Dani Hernández, Raúl Cámara, Jorge, Carlos Ruiz, Iñaki; Vitolo, Aitor Sanz, Suso, Cristo González, Omar Perdomo y Choco Lozano. En el descanso, Raúl Cámara dejó su puesto a Edu Oriol; en el minuto 56, Marc Crosas sustituyó a Aitor Sanz; y en el 75, Ale Pipo por Omar Perdomo.

Sevilla Atlético: Juan Soriano (1), Carmona (1), Diego González (2), Álex Muñoz (1), Matos (2); Schetino (1), Cotán (2), Borja Lasso (1); Curro (1), Ivi (0) y Carlos Fernández (1). En el descanso, Yan Eteki (1) sustituyó a Curro; en el minuto 68, Cristian González (1) reemplazó a Schetino; y Fede San Emeterio (s.c.) a Borja Lasso (88'').

Árbitro: Óliver de la Fuente Ramos (2), del Comité Castellano-leonés, Juan Manuel Sánchez Fernández y Daniel Pescador Hernández. Expulsó con roja directa a Ivi (21'') por una dura entrada a Raúl Cámara. Amonestó a Aitor Sanz (13''), Juan Soriano (51''), Álex Muñoz (70''), Carlos Fernández (78''), Cotán (80'') y Vitolo (88'').

Goles: 0-1, m. 19: Cotán aprovecha un fallo de Jorge para robar el balón y batir a Dani Hernández por bajo; 1-1, m. 67: Choco Lozano, a pase de Cristo González, con un fuerte disparo a la escuadra.

Incidencias: Partido de la segunda jornada de la Liga 1 2 3, disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 7.929 espectadores, según cifras oficiales. Nano, que se marcha traspasado a la SD Éibar, no entró en la convocatoria y presenció el encuentro desde la grada. Se guardó un minuto de silencio en memoria del Padre Fermín, capellán del CD Tenerife, los accionistas, abonados y aficionados fallecidos durante la temporada 15-16, así como por las víctimas del terremoto en Italia.