El domingo fue el traslado de los corazones, la ofrenda a San Bartolomé, la tensión durante el izado... y ayer, la verbena de La Pamela y el Descuelgue. Al día grande tejinero lo sigue otro que no es que sea pequeño. La fiesta más intensa, primero, y el costumbrismo más local, después, marcaron una jornada en la que volvieron a vivirse escenas representativas del sentir de todo un pueblo.

Durante el primero de los actos previstos -la verbena de La Pamela- sonó con fuerza la música desde distintos puntos de este núcleo, en el que, según los cálculos de los días previos, se esperaba una afluencia de en torno a unas 10.000 personas.

Casi sin solución de continuidad entre el baile y lo que venía después, el descuelgue de los corazones, comenzó esta otra celebración en la que, poco a poco, fruta a fruta, torta a torta, las composiciones de El Pico, la Calle Arriba y la Calle Abajo fueron quedándose sobre la base verde de ramas. Una especie de bajada previa a la definitiva retirada de hoy. Como siempre, imágenes de cierto impacto -sobre todo para los desconocedores de esta tradición- cuando los tejineros se disputan las frutas y, en especial, las codiciadas tortas.

Elaboradas durante días tratando de conseguir los mejores acabados, es en el descuelgue cuando se aprecia de forma diáfana que muchos vecinos ven estas piezas como un trofeo. Tanto, que ya desde su preparación, explican los entendidos, muchas son desechadas y se acaban llevando al corazón solamente aquellas de mayor calidad.

Llegado este punto, la festividad se va encaminando hacia su final, si bien todavía quedan los actos de remate. En el caso de hoy, a partir de las 12:00 horas, en la plaza de la Iglesia tendrá lugar la actuación por sorteo de las parrandas de las diferentes zonas y, a continuación, la retirada de los corazones. Según recoge el programa, a las 17:00 se celebrará la verbena popular con las orquestas Guaydil y Sabrosa, mientras que, desde las 21:30, llegará el turno de la cabalgata y de la posterior quema del haragán.