Nadie podrá acusar a un gran número de vecinos de Santa Cruz de Tenerife de no ser previsores ante su fallecimiento. Más de 25.000 ciudadanos tienen reservado a día de hoy un nicho, a 99 años, en alguno de los cinco camposantos operativos que existen en la capital y que gestiona la empresa Cementerios de Tenerife, S.A. (Cetensa). Es lo que se entiende como adquirir un nicho en propiedad.

De ese total, 9.254 son unidades de enterramiento de adultos, aquellas en la que se aloja el ataúd completo con el fallecido. Es decir, la imagen habitual en cualquier cementerio.

Los demás, 15.931, corresponden a los conocidos como nichos de restos, depósitos más pequeños en los que se depositan restos de huesos o cenizas.

De los datos aportados por Cetensa se desprende que los vecinos de la capital prefieren la compra al alquiler -concesión a cinco años- de las unidades de enterramiento, otra fórmula que se utiliza para estos casos. Son las unidades que se utilizan para los entierros.

Ahora mismo hay en los camposantos de Santa Cruz 4.651 nichos de adultos "alquilados" por este periodo de tiempo, el mínimo que exige Sanidad para la conservación de un cadáver. A partir de esa fecha se desaloja el espacio utilizado.

La cifra cae bastante, sin embargo, cuando se trata de nichos alquilados para depositar restos: 872 unidades reservadas. La otra opción permitida, la de los sepulcros y panteones, tiene en estos momentos un total de 920 reservas. También es la más cara.

Los precios de venta, según datos de Cetensa, oscilan entre 1.800 y 2.600 euros para los nichos de adultos por una concesión de 99 años, y entre 500 y 600 euros para los nichos de restos por el mismo periodo de tiempo.

En cambio, los de alquiler de un nicho para depositar restos o cenizas es de unos 350 euros.

Hace unos días se conoció la historia de un vecino que reclama que se le devuelva el dinero que pagó por la concesión de un nicho a 99 años. Está pendiente de resolución.