Se llama deuda viva a lo que una entidad pública debe a un banco, excluyendo a los proveedores de este concepto. Y es a este tipo de deuda a la que nos vamos a referir en este artículo, concretamente a la que tiene el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz con las entidades bancarias.

Siguiendo los datos del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas del Gobierno de España, el consistorio portuense mantenía una deuda viva de 27 millones de euros en el año 2012, y de 22 millones en el año 2015, disminuyendo la deuda en 5 millones en 3 años; por otra parte, otro municipio como La Orotava, en el mismo periodo de tiempo, hacía desaparecer prácticamente su deuda de 17 millones de euros.

En la liquidación del Presupuesto del año 2015 del Ayuntamiento portuense, los ingresos superaron a los gastos en 7 millones de euros, sobre un presupuesto de alrededor de 37 millones de euros. Pero cómo se generó este balance positivo no previsto; pues parece que este remanente se fraguó a través de varios apartados, como impuestos directos e indirectos, tasas, transferencias de otros organismos públicos, ingresos patrimoniales y transferencias de capital.

Ahora, en el año 2016, se supone que el actual grupo de gobierno portuense tendrá que utilizar los 7 millones de euros de superávit para disminuir la deuda viva de 22 millones de euros a 15 millones de euros; no hacerlo sería una irresponsabilidad administrativa, y posiblemente jurídica.

El Presupuesto para el año 2016 del consistorio portuense es de aproximadamente 32,5 millones de euros, una disminución de más del 10% sobre los 37 millones de euros del presupuesto del año 2015. Pensamos, por consiguiente, que esta aminoración debería hacerse también sobre los sueldos del alcalde, los diez concejales con sueldo del heraldo público y las cinco personas de confianza, que cuestan aproximadamente unos 518.000 euros al año. Una disminución del 10% de sus sueldos supondría un ahorro a las arcas municipales de 51.800 euros, que se podrían emplear, por ejemplo, en gasto social; no obstante, nos tememos que los servidores de lo público no estarán dispuestos a separarse de una parte de sus buenos ganados sueldos, ya que se podría entender que un sueldo menor no estaría en concordancia con sus méritos.

*Secretario de la Asociación Wolfgang Köhler