Ahora que Soria ha renunciado a ir al Banco Mundial (antes de que en el Banco Mundial le pudieran rechazar), se ha sabido que Beatriz de Guindos Talavera, una de las sobrinas de quien propuso a Soria -su colega el ministro De Guindos, su principal valedor- ocupa en estos momentos el puesto de adjunta a ese cargo, con retribuciones prácticamente idénticas a las de Soria, de un cuarto de millón de dólares al año. Doña Beatriz, técnica comercial del Estado, como lo es Soria, nuevamente funcionario en espera de destino, tiene un currículo no exento de polémica. Su tío la colocó como subdirectora de Energía en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, pero se lío tal escándalo que, un día después de ser nombrada, tuvo que dimitir. Se le buscó acomodo entonces como directora general de Competencia, un organismo teóricamente independiente del Gobierno, pero que también trajo una extraordinaria polémica. En 2014, después de haber saltado por altos cargos como en el juego de la oca, fue nombrada adjunta de uno de los 24 directores ejecutivos del Banco Mundial, el venezolano José Alejandro Rojas Ramírez, exvicepresidente de Petróleos Venezolanos, al que habría sucedido Soria si no hubiera renunciado y si el Banco Mundial (otro condicional) hubiera aceptado la propuesta del Gobierno de España el próximo mes de octubre.

Es curioso que el cargo en el que doña Beatriz solo duró un día, la Subdirección de Energía de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, fuera inmediatamente cubierto por la hija del exministro de Agricultura y actual comisario de Energía europeo, Miguel Arias Cañete. Como si fuera un intercambio de cromos, otra sobrina de Guindos, Leticia, hermana de doña Beatriz y veterinaria de profesión, fue enchufada por Cañete en Washington. Doña Leticia pasó de entendérselas con cuadrúpedos en Toledo a convertirse en agregada de la Embajada de España en Washington, en el departamento de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de la legación en la capital del mundo. Así las dos hijas de Antonio de Guindos, hermano del ministro de Economía y concejal madrileño imputado por el caso Madrid Arena, pasaron a residir juntas en Washington mientras la hija de Cañete conseguía colocarse donde ella quería. Tiene su gracia que tanto Soria como Cañete compartieran también el haber aparecido -Cañete por la vía consorte, Soria por el tercio familiar- en los papeles de Panamá.

Como se ve, parece que ser pariente de un ministro supone un plus profesional: no digo yo que la hija de Cañete o las dos del hermano de Guindos no sean estupendas profesionales en lo suyo, seguro que fueron a unos colegios de alto copete y sacaron muy buenas notas en la Universidad y se colocaron por oposición como funcionarias. Pero una ayudita de parientes poderosos siempre viene bien. Ocurre en todas partes, aquí en la España tropical, incluso más que en otros sitios. Claro que siempre hay niveles. Aquí a las sobrinas no se les busca acomodo en la Comisión Nacional de Valores, el Banco Mundial o la embajada de Washington. Aquí -si eres presidente, por ejemplo- intentas enchufarlas en la Policía Local de Arona. A Paulino Rivero lo pillaron intentándolo por teléfono, le grabaron la conversación y le fastidiaron el enchufe. Pero ya buscará algún otro acomodo para parientes y adheridos cuando sea uno de los mandamases del Tenerife.

¡Ah! Y lo de Soria: que me parece muy bien que haya renunciado, obligado o no.