En una intensa mañana entre medios informativos y comisión parlamentaria, la consejera regional de Hacienda, la nacionalista Rosa Dávila, reiteró ayer en diversas ocasiones su temor a verse obligada a cerrar el presupuesto de este año en la Comunidad mucho antes de lo previsto por el cierre adelantado del estatal, que el Gobierno del PP efectuó en julio pasado para cuadrar el déficit ante el ojo vigilante, censor y sancionador de la UE. Una decisión que, unida a la interinidad gubernamental, el riesgo de unas terceras elecciones, la posibilidad de prórroga presupuestaria y el estrecho margen de maniobra para los conservadores por gestionar en funciones, resulta letal porque, de momento, aún no han llegado a las Islas transferencias por casi 400 millones de euros que se habían presupuestado en las cuentas regionales y que, de quedarse en el limbo, obligarán a poner fin al ejercicio 2016 para que no haya descuadres y desequilibrios entre ingresos y gastos, esa regla básica no siempre cumplida por administraciones, empresas o familias.

La consejera comenzó su periplo de malas nuevas, aunque solo sea en cuanto a su alto potencial de cumplimiento, en la Ser. Aunque no quiso concretarlo, dejó entrever que, de cumplirse el peor escenario, tendrá que cerrar el presupuesto el 30 de este mismo mes o el 31 de octubre.

Preguntada luego por Antena 3, recalcó que todo dependerá de lo que le diga el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la reunión prevista para la próxima semana, en la que la delegación canaria quiere conocer también las previsiones del Gobierno para orientar el presupuesto de 2017.

Ya en declaraciones a EL DÍA, recalcó que aún estudian a cuánto ascienden las partidas no ingresadas y a qué áreas afectan. Según sus previsiones más exactas, la cifra no bajará de 380 millones y, eso sí, no significa que perjudicarán a las áreas afectadas, sino que se deberá hacer un análisis por parte de todo el Gobierno canario y decidir ese eventual recorte sin perjudicar, en lo posible, a las consejerías más sensibles.

Un panorama sombrío para convenios como el de carreteras

Dávila no disimuló ayer su más que contrariedad por una situación política nacional que, a su juicio y por la "irresponsabilidad" de un partidismo egoísta de ciertas formaciones, puede abocar a muchas comunidades a tener que cerrar por adelantado sus presupuestos. Esto no solo será muy perjudicial por el importante recorte que tendrá que cada región, sino que, encima, se suma a los desequilibrios en la financiación (calculados en 700 millones anuales menos para Canarias) y en la imposibilidad de cumplir convenios como el de carreteras o renovarlos si se prorrogan los presupuestos estatales debido al mucho menor margen de maniobra del Gobierno en funciones por los pronunciamientos judiciales que ha habido.

Dávila niega que el desfase en Sanidad agriete el Gobierno

Ante la otra gran cuestión de estos días, el desfase de 50 millones de euros en los gastos de la consejería de Sanidad, que podría hasta triplicar el del año pasado al final del ejercicio, la consejera negó a EL DÍA que esta situación ponga en riesgo el pacto de gobierno y recalcó que ni el presidente ni otros miembros del Ejecutivo se plantean el cese o dimisión del consejero, Jesús Morera, o de los gerentes de los hospitales con desequilibrio.