Confía en que los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro que estos días está moldeando entre Tenerife y La Gomera sean igual de interesantes que los que han transitado tan exitosamente por las novelas escritas por Lorenzo Silva. Ese es el gran reto que asume Andrés Koppel con la dirección de su primera película ("La niebla y la doncella"). "Quiero intentar contar la Canarias que vivimos los canarios", admite el tinerfeño respecto al toque personal que le está dando a la cinta.

Ponerse al frente de esta maquinaria es algo distinto, ¿no?

Dirigir una película es una sensación bastante extraña porque pasas de tener el guion ordenado en la cabeza a tener que convertirlo en realidad... A partir de ese instante hay cosas que son maravillosamente distintas. Todo eso te provoca una gran satisfacción pero, a su vez, empiezas a ser consciente de que lo que estás haciendo es diferente.

¿Esto no tiene nada que ver con ese segundo plano, dicho con todo respeto, que habitualmente ocupa un guionista en los créditos de una película?

Este rol no solo aúna la creatividad máxima de poder dirigir una "orquesta" que genere un universo nuevo a partir del cual quieres contar una historia, sino gestionar una organización complicada y de la que debes aprender que a veces es bueno dejarte llevar por el talento de las personas con las que compartes un rodaje. Este es un oficio fantástico, pero muy duro.

¿Lo que es inevitable es que se compare la película con la novela de Lorenzo Silva?

Eso es algo con lo que cuento, pero ya en el instante en el que me propusieron asumir la dirección de esta película tuve la sensación de estar trabajando con las manos libres. Estoy haciendo una versión de la novela que yo creo que se puede llevar al cine.

¿Entiendo que esa libertad se va a traducir en cambios?

Digamos que me he permitido cambiar algunas cosas que están en la novela, pero que en la película pasan de otra forma... Espero sorprender gratamente a los lectores y, por supuesto, a los espectadores. Es inevitable que mis personajes sean más cinematográficos y menos literarios. El sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro de Lorenzo Silva son unos personajes increíbles y espero que los míos sean igual de sugerentes.

¿Conocer la realidad local es una ventaja a la hora de desarrollar este proyecto?

Puede ser una ventaja y una desventaja. Me explico. Quiero intentar contar la Canarias que vivimos los canarios. No ese tipismo y colorido con el que nos asocian fuera del Archipiélago, sino la Canarias donde viven los canarios; que a ratos es una tierra muy hermosa y en la que te puedes encontrar zonas muy construidas y otras tan bellas como la isla de La Gomera.

¿Y con localizaciones muy justificadas?

Lo que no podía hacer es coger cuatro balcones y cinco postales y venga; vamos a hacer postales de Canarias. Vivir significa desorden y aquí afortunadamente cada uno pinta la casa del color que quiere y tiene la huertita como más le apetece... Por ese lado sí que creo que un canario lo tiene más fácil para llegar al corazón de esta historia.

¿Cómo están saliendo las cosas?

Rodar con un equipo donde más del 50 por ciento son canarios es un privilegio que realza aún más esta aventura... Estoy abrumado por el talento natural que existe en Canarias, pero también por lo bien que se están adaptando las personas que habitualmente viven alejadas de esta realidad. Muchas veces he escuchado decir eso de "me he quitado el acento canario para trabajar en tal proyecto" y, sinceramente, eso es un valor interesantísimo. Está claro que no tienen la sabiduría y el oficio de Quim, Aura, Roberto, Verónica o Marian, pero no desentonan para nada y, lo que es más importante, tienen tiempo de sobra para aprender.

¿Por qué no se había atrevido antes a dirigir?

Con este encargo me ocurrió algo extraño... Este es el primer guion que escribo solo, y cuando digo solo, es solo... Yo solo me tuve que imaginar una historia que al final fue lo que provocó que los productores me dijeran: ¿La quieres dirigir tú? Mi respuesta fue clara. ¿Y por qué no? Era mi momento. Me interesa el género y el hecho que quiero contar, que es la pérdida de un hijo... Creo que fue la historia la que me encontró a mí más que yo a la historia. Dirigir por dirigir no era una cuenta pendiente; quería encontrar una buena historia.

¿Ahora entiende mucho mejor el "pulso" que se genera entre el que escribe y el que dirige una película?

Entiendo que en algún momento hay que parar de escribir una historia para empezar a reescribirla a través de las imágenes. Los guionistas somos muy literales y creemos que el texto es nuestro universo. El problema es que muchas veces es otra persona la que tiene que transformar lo que has creado. Dar las tres dimensiones a un guion es un ejercicio complicado.

¿Y cómo es la sombra de Lorenzo Silva?

Es una sombra larga, fantástica, generosa... No lo digo porque esté trabajando con su novela y me interese quedar bien en una entrevista: Lorenzo Silva es una bellísima persona. Cuando se leyó el guion me dijo cuatro cosas que cambian profundamente el significado de su novela, aunque no voy a decir cuáles, y poco más. Bueno. Me dio su autorización para que siguiera adelante... Las relaciones entre escritores y directores siempre son tensas, pero en este caso me encontré con un ser culto, divertido, sencillo... ¡El pack completo!

¿Qué opinión tiene sobre el protagonismo que está asumiendo el Archipiélago en el mundo del cine?

En este asunto yo hablaría de una realidad y de una posibilidad... La realidad es que cada vez se rueda más en las Islas por cuestiones asociadas a unos incentivos fiscales y otras ventajas económicas que se ven acompañadas por unas magníficas localizaciones. Todos esos movimientos generan un músculo en un sector que ha demostrado que está en condiciones de aceptar grandes retos. ¿Qué es lo que pasa? Esa realidad debe ir acompañada de una posibilidad que aún no está beneficiando a los creadores de las Islas. En este sentido, yo apostaría decididamente por las campañas de apoyo que se dieron en tiempos pretéritos a aquellos que tenían algo que decir a través del cine... Esto va a reventar para bien, eso no lo pongo en duda, pero no pueden dejar que el talento canario se desanime.