Hace unas semanas volvió a ocurrir, aunque sin demasiado eco. Varios charcos de Punta del Hidalgo cambiaron su agua transparente por, aparentemente, otra sustancia de un color marrón intenso. Regresaron las dudas -y hasta cierto punto el misterio- que se habían producido un año atrás, cuando se dio el mismo fenómeno e incluso hubo quienes pensaron en un vertido de pintura como motivo. Un estudio ha dado ahora con la solución. El origen estaba más cerca: eran las algas.

"Analizando los datos obtenidos de la toma de muestras de fitoplancton, la marea roja no es más que un bloom o sobrecrecimiento de algas microscópicas, principalmente dinoflagelados", recoge un documento encargado por Teidagua a instancias de las áreas de Playas y Piscinas y Servicios Municipales. "Es un proceso natural, que hace que el agua marina se tiña en una coloración rojiza", añade, antes de precisar que este "suceso" viene acompañado por la presencia de unas toxinas en los organismos marinos del charco que no causan "ningún efecto anómalo" sobre ellos. Sí se recomienda que se evite el marisqueo en el punto que se encuentra afectado, ya que no deben ser consumidos.

Elaborado por la empresa Proamar 2007 Investigaciones Marinas, el documento final ha sido trasladado a la Policía Ecológica y a Costas. Se trata de un texto que entra en los detalles de un proceso natural de lo más llamativo: "Las microalgas poseen pigmentos (que son los que les permiten realizar la fotosíntesis), modificando las aguas a colores rojo o pardo, principalmente. Por esta razón, estos fenómenos son conocidos mundialmente como mareas rojas".

En Canarias surgen casos de este tipo en la primavera y el verano. "Cuando los vientos alisios soplan suben las aguas profundas ricas en nutrientes y posteriormente estas se calientan", precisa el análisis. El aumento de nutrientes, la temperatura alta de las aguas y otros factores acaban llevando al último paso de la historia y, a menudo, a la sorpresa local.