El expresidente de CajaCanarias Rodolfo Núñez testificó hoy en el juicio de Las Teresitas que la entidad concedió el crédito a Antonio Plasencia e Ignacio González para comprar los terrenos de la playa sin más garantías que esa propiedad, por temor a que estos empresarios se fueran a otro banco de la competencia.

Núñez presidió el consejo de administración de CajaCanarias que en 1998 concedió un crédito de 33 millones de euros a Inversiones Las Teresitas, participada entonces por Plasencia y Felipe Armas, un empleado de Ignacio González que supuestamente actuaba como testaferro porque el propio Ignacio González estaba en el consejo de la entidad, donde votó a favor del préstamo.

El crédito tenía tres años de cadencia durante los que sólo se pagaban intereses.

El principal fue liquidado directamente por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife a CajaCanarias en 2001, cuando el consistorio compró a los empresarios por 53 millones de euros una parte de esos terrenos, el frente de playa y les recalificó el resto, el Valle de las Huertas, para viviendas.

Por este presunto pelotazo se sientan en el banquillo junto a los dos empresarios el exalcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo (CC), y los entonces portavoces municipales del PSOE, Emilio Fresco, y del PP, José Emilio García Gómez, entre otros.

En su comparecencia como testigo, Rodolfo Núñez reconoció que para conceder ese crédito, el mayor de la historia de la entidad, se trabajó "rápido y contrarreloj porque había mucha presión", pero no se obvió ningún trámite.

Indicó que uno de los miembros del consejo de administración, el empresario Amid Achi, se abstuvo en la votación sobre este crédito, algo "muy raro" porque los acuerdos solían ser por unanimidad.

Amid Achi pretendía que se reclamaran avales a los empresarios que estaban detrás de la operación, ya que consideraba que la única garantía de los terrenos era insuficiente.

Núñez dijo que CajaCanarias había pedido garantías adicionales a los integrantes de Inversiones Las Teresitas, pero se negaron a darlas y advirtieron con irse a otro banco a pedir el crédito.

Por esa razón, se desistió de pedir avales y se otorgó el crédito con la única garantía de los terrenos adquiridos, un préstamo de riesgo por el que CajaCanarias fue expedientada y sancionada por el Banco de España.

El expresidente de CajaCanarias consideró inverosímil que Amid Achi fuera coaccionado para que cambiara su voto negativo por una abstención, como ha denunciado él, y afirmó que este empresario le había manifestado anteriormente su interés en participar en el negocio de Las Teresitas.

Rodolfo Núñez, quien informó de que es militante de ATI-CC, reconoció sus "relaciones magníficas" con Antonio Plasencia, del que es socio actualmente en la empresa Binter.

Admitió haber recibido de él un pago de cuatro millones de euros después de la concesión del crédito de Las Teresitas, una cantidad que, según explicó, correspondía a un préstamo para entrar en el capital de esta compañía aérea de la que es actualmente vicepresidente.

También señaló que cuando se concedió el préstamo a Plasencia y a Felipe Armas desconocía que este era empleado de Ignacio González, porque en ese caso habría instado al empresario a ausentarse de la reunión del consejo de administración.

Aseguró que él ni sabía ni preguntó quién era Felipe Armas, ni hizo ninguna comprobación sobre su solvencia porque confiaba en que era "Don Antonio el que iba a responder".

"Entendí que el otro socio estaba de manera circunstancial, no lo conocía, para nosotros era una operación de Antonio Plasencia", dijo, y añadió que supone que alguien en CajaCanarias habría hecho las comprobaciones pertinentes.

De hecho, los miembros del consejo de administración no analizan ni tramitan la documentación de los créditos que aprueban, "dios nos libre", sino que son los empleados y en concreto el comité de riesgos.

De hecho "los principales garantes y custodios del bien de la Caja son sus empleados", no el consejo de administración ni el Banco de España, sostuvo.

Para Núñez, "si el comité de riesgos dice blanco es blanco" y así ocurrió con el crédito de Las Teresitas, que contaba con un informe favorable.

Aunque el crédito se tramitó en seis días desde que fue solicitado hasta que fue aprobado, sin que diera tiempo a constituirse formalmente la sociedad solicitante, Inversiones Las Teresitas, Rodolfo Núñez indicó que los contactos comerciales con Plasencia habían empezado antes, aunque no pudo precisar si unos días o un mes y medio de antelación, pero no mucho más.

Según Núñez, el interés de CajaCanarias por este negocio no era el préstamo en sí, sino el derivado de financiar las promociones inmobiliarias que se preveían en los terrenos adquiridos.

CajaCanarias hizo un seguimiento riguroso de ese crédito, pese a que su eventual impago sólo hubiera supuesto "un agujero pequeñito" para la entidad, y siempre fueron pagadas "religiosamente" las cuotas hasta su liquidación tras la venta de los terrenos al Ayuntamiento.