Digan lo que digan, Raphael es un creador único. Un intérprete que disfruta "En carne viva" una profesión que anoche lo colocó en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife para dar vuelo al "Raphael Sinphónico", un viaje artístico en el tiempo que el cantante andaluz completó arropado por los músicos de la Orquesta Sinfónica de Tenerife. No fue necesario que sonaran las notas de "Como yo te amo" para atraer el cariño de un público que se entregó sin condiciones al contenido de "Promesas", "Se me va" o "Sí pero no"... Fue una velada en la que brillaron con fuerza su voz y su experiencia, la OST y la dirección de Rubén Díez. Con la clientela entregada al mito, este no tuvo más remedio que volver a gritar "Enamorado de la vida" o revivir -acompañado por un solo de guitarra- un hermoso "Gracias a la vida".

Treinta y cinco temas sonaron a lo largo de las dos horas y cuarenta minutos que duró un concierto emotivo, dinámico, vibrante... Un reencuentro en el que Raphael preguntó a los asistente "Que tal te va sin mí" y elevó el ánimo de la grada con "Maravilloso corazón". En ese tramo del espectáculo aún faltaban por aparecer "Cuando llora mi guitarra", "Ámame" o el siempre esperado "Escándalo". Sobre esas historias evolucionó una cita que mostró el perfil más moderno de la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Y es que el Raphael sinfónico -con unos arreglos magistrales- también fue un excelente maestro de ceremonias... Con la misma generosidad que en anteriores conciertos -en el Santiago Martín de La Laguna o en el Auditorio de Tenerife-, el cantante que convirtió "Detenedla ya" en un icono volvió a tener una gran noche en la Isla en la que demostró que continúa siendo el mismo.