Hace tiempo, mucho tiempo, que dejó de preocuparle el hecho de que lo asociaran con una birra. "Tomar una cerveza más o menos no va a dañar la imagen que tienen de mí", aseguró el humorista y actor madrileño en una entrevista que concedió recientemente a EL DÍA con motivo del espectáculo que mañana, a partir de las 21:30 horas, pondrá en escena en el Auditorio Teobaldo Power de La Orotava. La rubia, siempre presente en sus monólogos, sus roles teatrales y televisivos, será la protagonista de "De cañas con Enrique San Francisco". No es la primera vez que pisa la tarima del espacio cultural de la villa norteña, pero el proyecto que trae en su equipaje es "inédito".

Enrique San Francisco se siente una especie de "cirujano" de la actualidad. "Me gusta armar los monólogos con historias cotidianas; cosas que nos ocurren todos los días y que forman parte de la realidad más cercana", matiza un contador de historias que sabe lo que es ver Tenerife a vista de pájaro. "La Isla la conozco bien -fue uno de los muchísimos quintos que descubrió este archipiélago gracias a la mili- porque no solo he venido muchas veces a actuar, sino porque en ocasiones me gusta hacer parapente", dijo en la citada conversación en relación a un lanzamiento que se produjo en los alrededores del Parque Nacional de El Teide.

Ser obsceno, pero sin caer en el mal gusto, incomodar a los espectadores sin ofender, buscar unas risas sin machacar a sus víctimas... Esas son algunas de las claves que maneja Enrique San Francisco cada vez que entra en acción. "Últimamente he visto a mucha gente haciendo lo mismo, pero con muy poca inteligencia", reconoció en la última entrevista que concedió a este medio de comunicación. "A veces veo cosas patéticas que no merecen porque son un fraude. En ese sentido, el público es el que debe saber elegir qué desea ver y qué es lo que quiere dejar pasar", argumentando que "en medio de una gran competencia también se aprecia alguna excepción entre los más jóvenes a la hora de diseñar una propuesta inteligente", sostiene un artista que considera irremplazable a un maestro como Gila. "Es un ser único; nadie va a ocupar su lugar porque lo que hizo tenía una marca propia que va a vivir a lo largo de la historia. ¡Son artistas que nunca se van del todo!", elogió.

Respecto a los patrones que sigue a la hora de crear un monólogo, San Francisco tiene claro que observa al cliente que espera la llegada de un taxi, al empleado que vuelve cabreado a casa al político de turno, aunque tomando cierta distancia... "Me meto con los políticos porque es inevitable, pero tampoco le dedico mucho tiempo".