Seis de cada diez pacientes etiquetados como alérgicos a un fármaco en realidad no lo son, ya que se les ha diagnosticado sin el precedente estudio necesario.

Así lo reveló un estudio piloto que presentó ayer la Unidad de Alergología del Hospital Universitario de Bellvitge de L''Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

El doctor Lleonart, alergólogo de Bellvitge, explicó que el diagnóstico equivocado tiene consecuencias adversas para los pacientes, ya que se les deja de administrar un medicamento que podría ser necesario en el futuro.

En cambio, se les suministran otro tipo de fármacos de segunda línea que en muchas ocasiones pueden provocar más resistencias en el cuerpo o son más caros para el sistema público de salud.