La secretaria general del PSOE-A y presidenta de la Junta, Susana Díaz, negó ayer que en el PSOE haya "bandos" y defendió que el partido, que atraviesa una situación "dura y dolorosa", merece de una reflexión en "profundidad y sin prisas", por lo que rechazó que se celebre un congreso exprés porque alguien lo considere favorable para "sus propios intereses personales".

Así se pronunció durante su intervención ante el Comité Director del PSOE-A, convocado el día después de que los críticos presentaran en Ferraz la dimisión de 17 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal del partido, con la que pretendían precipitar la disolución de este órgano y la caída del secretario general, Pedro Sánchez, y donde aseguró que el PSOE-A "nunca querría que gobierne la derecha" y que va a contribuir a "coser, unir y restablecer la fraternidad de todos los compañeros en el conjunto del PSOE".

Susana Díaz, a la que los aplausos de los asistentes no la dejaron hablar al inicio de su intervención, reivindicó las figuras de los expresidentes del Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y dijo que le "duele" que se les sitúe "en el bando de la derecha", al tiempo que defendió que el PSOE es "patrimonio de militantes y de los miles de hombre y mujeres que nos dan su voto y no tienen el carné del partido".

La líder del PSOE andaluz también advirtió que al partido le ha "pasado factura" en las urnas que haya habido "compañeros cegados por los fogonazos de los partidos nuevos" y fue especialmente dura con Podemos, formación a la que acusó de "injerencias descaradas" para intentar "influir en la voluntad libre" del PSOE en algunos territorios como Castilla-La Mancha o Extremadura.

Así, tras insistir en que la formación de Pablo Iglesias tiene que saber que "lo que han hecho con IU no lo van a poder hacer con el PSOE, hagan lo que hagan", Díaz reconoció haber echado de menos que desde "quienes tenían la responsabilidad" en la dirección del PSOE "hubieran salido a defender a los compañeros de estos territorios".

Señaló que el PSOE no debe tener complejos "con nadie" y avisó de que "solo cuando nos desnaturalizamos es cuando la gente se desconcierta y nos retiran el apoyo". Así, denunció que ha habido compañeros que se "han cegado por los fogonazos de partidos nuevos y nos han hecho perder la perspectiva de lo que es el PSOE, un partido que sabe levantarse cuando está en el Gobierno y en la oposición".

Junto a ello, Díaz defendió que desde el PSOE-A no se ha hecho otra cosa que "empujar e intentar" que, cuando se han celebrado procesos electorales, les fuera bien en Andalucía, "pero sobre todo en el conjunto de España", por lo que "nadie puede pensar" que los socialistas andaluces quieren que gobierne la derecha. "Por eso nos hemos batido el cobre y hemos puesto a la derecha en la oposición", subrayó.

La dirigente socialista urgió a reflexionar sobre por qué una vez en la oposición el partido ha concatenado "derrota tras derrota", frente a un PP "con el que todos los días nos desayunamos casos de corrupción y que con una mayoría absoluta ha hecho mucho daño a las familias". "¿Cómo es posible que estando en la oposición hayamos perdido aún más votos y frente a un gobierno insensible", se preguntó. Susana Díaz cree que todas estas circunstancias, el partido debe abordarlas en un congreso con todos sus militantes.

El secretario no cede

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, propuso adelantar a noviembre el congreso federal, manteniendo las primarias el 23 de octubre, como respuesta a la reacción de los críticos de intentar que el Comité Federal apruebe mañana una gestora que tome las riendas del partido. La Ejecutiva que permanece leal a Sánchez se reunió ayer en la sede de Ferraz para constatar que sigue controlando el partido y proponer al máximo órgano que apruebe el calendario del congreso extraordinario, previsto el 12 y 13 de noviembre, tres semanas antes de lo que había planteado antes de estallar la rebelión. El plan de Sánchez choca con las pretensiones de la presidenta andaluza, Susana Díaz, quien aboga por que la asamblea se haga cuando haya gobierno. Ante el pulso que ha puesto al partido al borde del cisma, Sánchez ha querido tomar la iniciativa después del intento de los críticos de intentar controlar el partido de la mano de Verónica Pérez. Ferraz ha frenado la maniobra considerando "nula a todos los efectos" la convocatoria de ese órgano, si bien los tres vocales críticos han dado un ultimátum de 24 horas para que tenga lugar la reunión o emitirán un dictamen por su propia cuenta.