El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha asegurado que las tarjetas distribuidas a sus consejeros y directivos eran conocidas tanto en el seno de la entidad como por el resto de organismos, ya que era materialmente imposible ocultar su existencia durante 23 años.

"En 23 años, ¿hay alguien que pueda decir que se puede esconder esta práctica en una organización de miles de personas con un Banco de España detrás?", se ha preguntado Blesa, y ha añadido que "no existía ninguna intención de confundir" sobre la existencia de estas tarjetas.

Asimismo, ha afirmado que las tarjetas "claro que se veían", y ha añadido que si la auditoría encargada a Bankia tenía dudas acerca de su naturaleza, "podía haber ido al plan contable de la caja", por lo que ha calificado las acusaciones que pesan sobre él de "muy graves".

Y es que, ha explicado Blesa, los auditores "lo conocían todo perfectamente, cuál era la tratamiento fiscal, todos los conceptos, todo, pero luego lo omite en el informe que se envió al FROB y que sirvió de base para la acusación".