El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha comenzado hoy a declarar en el juicio contra los usuarios de las tarjetas opacas de la entidad y ha recordado que ni el Banco de España ni Hacienda "pusieron tacha alguna" al uso de estas tarjetas.

Al inicio de su declaración, Blesa ha puntualizado que sólo responderá a las preguntas del fiscal y de su propio abogado, y no a las preguntas de las acusaciones particulares -Bankia y el FROB- y populares -Confederación Intersindical de Crédito y CGT-.

Blesa ha explicado que cuando se incorporó a Caja Madrid "tenía que confiar en que había órganos internos de auditoría, asesoría fiscal", tanto internos como externos, que es de suponer que se ocupaban de este tipo de "remuneraciones".

De este modo, "no me puse a revisar acto a acto dentro de la caja si todo estaba respaldado por acuerdos", porque cuando uno se incorpora a una entidad así "lo hace con un principio de confianza".

Cuando recibió la tarjeta, ha asegurado, entendió que era "una tarjeta de libre disposición en la que no era precisa la justificación de gastos, y aunque ha reconocido que no recuerda los términos exactos, sí ha reiterado que se le dijo que era de libre disposición.