No era 14 de julio, sino 29 de septiembre, pero a falta de La Marsellesa por motivos protocolarios, todo recordó anoche la fiesta nacional francesa en un abarrotado Salón de Plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz, en el que la Banda Municipal de Música abrió y cerró el acto con los himnos de Canarias y España. El motivo era muy especial: la concesión del título de Hijo Adoptivo de la ciudad a Jean Dekany Weber, el ya retirado "cónsul entre los cónsules", por su contribución al estrechamiento de los lazos entre la comunidad francesa y la santacrucera y su labor de promoción de la capital tinerfeña en el mundo francófono.

El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez -acompañado por otros miembros de la Corporación-, glosó la figura de Dekany, quien llegó a la isla en 1961 para casarse con una chicharrera, Mercedes. Un emocionado Dekany asistió junto a su familia al acto conmemorativo por el cual la capital tinerfeña honra a quien representara muchos años a la República Francesa, su laicismo y ese lema universal que rige sus destinos políticos y sociales desde 1789: "liberté, egalité, fraternité"; o sea, libertad, igualdad, fraternidad.

Bermúdez aseguró que Dekany recibe el título pero no la condición, puesto que se la ha ganado día tras día, década tras década, trabajando de manera leal, comprometida y fructífera por el hermanamiento de ambos pueblos, y sobre todo porque se ha ganado el corazón de los chicharreros con su amabilidad, cercanía y bondad.

Dekany ha sido, y así manifiesta sentirse, un chicharrero más de facto en una trayectoria personal y profesional que incluye (1983-2006) el cargo de cónsul honorario de Francia pero que esconde miles de vivencias cotidianas. Desde anoche es, también de derecho, un chicharrero más.