Los dirigentes contrarios a Pedro Sánchez han rechazado la oferta de que los miembros que dimitieron el pasado miércoles regresen a la Ejecutiva Federal y se aplace el Comité Federal al reafirmarse en su pretensión de intentar derrocar ya al secretario general interino.

Sánchez ha lanzado su propuesta durante su intervención a puerta cerrada ante el Comité Federal, que se ha podido desbloquear después de más de cuatro horas de discusión sobre cuestiones estatutarias, han informado a EFE fuentes de ambos bloques.

En nombre de los críticos, el presidente aragonés, Javier Lambán, se ha encargado de rechazar la oferta de Sánchez, al que ha recordado: "Ya no eres el secretario general".

Los detractores quieren mantener la presión sobre la dirección en funciones con el fin de que el Comité Federal formalice su disolución y nombre una gestora que tome las riendas del partido.

La tensión se ha trasladado a las puertas de la sede de Ferraz, donde más de un centenar de militantes partidarios de Sánchez han recibido a los dirigentes críticos al grito de "golpistas" y "traidores".

Los 253 delegados que asisten al Comité Federal empezaron la reunión con Sánchez y los 17 miembros de su equipo sentados en la parte principal de la sala.

Después de varios recesos, las intervenciones empezaron pasadas las 14.00 horas, después de una ardua negociación que permitió constituir la Mesa del Comité Federal, presidida por la andaluza Verónica Pérez, quien suele ostentar este cargo y que el pasado jueves se declaró "la única autoridad" del partido al considerar cesado a Sánchez.

Los otros dos vocales, afines al secretario general interino, son Rodolfo Ares y Núria Marín.

Faltan aún por resolver diversos escollos, como en qué situación están Sánchez y los 17 miembros de su dirección después de que dimitieran la mitad de los vocales, los cuales no han entrado en Ferraz al no tener silla en el máximo órgano.

Los críticos alegan que como la Ejecutiva está disuelta, Sánchez y sus fieles no estarían legitimados para votar.

Ferraz, en cambio, acusa a los disidentes de "poner cualquier excusa porque saben que pierden la votación", ha dicho a EFE uno de los asistentes.

En el sector crítico admiten que la reñida disputa por los votos de los miembros del Comité Federal mantiene la incertidumbre sobre qué bloque puede tener la mayoría.

"Si Susana tuviera los votos, habríamos votado a las 9.05 horas", apunta a EFE uno de los hombres fuertes del PSOE andaluz para reconocer que no está claro el reparto de fuerzas.

Queda también pendiente saber cuál será el orden del día de la reunión.

El fijado por Ferraz tiene dos puntos: dar cuenta de la dimisión de los 17 miembros de la Ejecutiva y convocar el congreso en noviembre y las primarias a secretario general el 23 de octubre.

Los críticos, en cambio, creen que esta convocatoria no es reglamentaria al tratarse de una dirección disuelta, y proponen que se pase a votar si se nombra una gestora.

El Comité Federal se prevé largo ya que de los 253 delegados, 53 han pedido la palabra.

Durante los recesos, algunos miembros del comité aprovechan para salir a tomar algo a las cafeterías cercanas, con aparente tranquilidad y falta de información precisa sobre lo que se está dirimiendo en los despachos.

"Hay que tener tranquilidad, es una jornada muy importante", afirmaba la exdiputada por Almería y exsecretaria de Estado de Inmigración Consuelo Rumí, a su salida del cónclave, tras subrayar que ve "muy bien" y "tranquilo" a Pedro Sánchez.

En la misma línea, la presidenta de la Diputación Provincial de Pontevedra, Carmela Silva, ha defendido, rodeada de manifestantes, que el suyo es un "partido serio de gente seria" y ha asegurado que dentro de la sede federal "hay mucha normalidad". "Se está buscando un acuerdo, no es fácil, como en toda negociación", ha señalado.

La confrontación que vive el partido se ha reflejado durante toda la mañana en la calle, donde a primera hora se han empezado a concentrar militantes exaltados que han increpado sobre todo a representantes el sector crítico.

Al grito de "Pedro, Pedro, Pedro", "chusqueros" y "golpistas" han recibido a diputados como Eduardo Madina y José María Barreda, y al presidente de Aragón, Javier Lambán, mientras que el líder del PSC, Miquel Iceta, ha sido fuertemente aclamado.

Consignas como "No es no" y "No a los barones, sí a la democracia" se han escuchado a primera hora, durante la llegada de los miembros del comité.

Sobre las 9.15, ha quedado cortado el tráfico en Ferraz a la altura de la sede socialista, donde a última hora de la mañana invadían la calzada más de 300 personas entre militantes, simpatizantes, curiosos, fotógrafos y cámaras de televisión.

Pancartas, carteles y camisetas con lemas del tipo "Los barones del PSOE son la mafia", "No a Rajoy. Un militante, un voto" y "Susana Díaz es la casta que desprecia derecho" han sido esgrimidas sucesivamente por afines a Sánchez.

La tensión ha aumentado por momentos, con enfrentamientos verbales y gritos entre exaltados de las dos partes, mientras que durante los sucesivos recesos algunos miembros del comité aprovechaban para salir a tomar algo a las cafeterías cercanas, con aparente tranquilidad.

"Hay que tener tranquilidad, es una jornada muy importante", afirmaba la exdiputada por Almería y exsecretaria de Estado de Inmigración Consuelo Rumí, a su salida del cónclave, tras subrayar que ve "muy bien" y "tranquilo" a Pedro Sánchez.

En la misma línea, la presidenta de la Diputación Provincial de Pontevedra, Carmela Silva, ha defendido, rodeada de manifestantes, que el suyo es un "partido serio de gente seria" y ha asegurado que dentro de la sede federal "hay mucha normalidad". "Se está buscando un acuerdo, no es fácil, como en toda negociación", ha señalado.