Este último mes nos hemos venido a enterar de que la Sanidad en Canarias está infrapresupuestada. Que cada año deja "un pufo" al año posterior de varios millones de euros, según explicaba el propio consejero de Sanidad, Jesús Morera. Este cuantificó el déficit de 2015 en 132 millones de euros en capítulo 1 y 2 (gastos de personal y bienes y servicios).

Los hospitales no pueden parar su actividad cuando se quedan sin dinero, por mucho que se les acuse de desviar o de no gestionar bien. Siguen comprando medicamentos o suministros necesarios que se transforman en "expedientes de nulidad" porque, o se adquieren sin presupuesto o sin contrato, tal y como ha explicado el Consejo Consultivo en más de medio centenar de dictámenes.

Este órgano acusaba a Sanidad de "total desprecio a la normativa" y de que el SCS "contrata sin una correcta planificación previa que permita lograr la eficiencia y racionalidad en la utilización de recursos públicos", como publicó EL DÍA en junio.

La Consejería se descolgaba de estas acusaciones subrayando que debía "prevalecer la asistencia sanitaria por encima del trámite jurídico" y en que estas compras sin contrato o dotación presupuestaria estaban sustentadas "en la Ley de Ordenación Sanitaria de Canarias".

Pero las cantidades no cuadraban. Solo el Hospital de La Candelaria había adquirido suministros sin contrato o presupuesto por 718.339,03 euros en 2015, según el Consultivo. ¿Tantas urgencias imprevistas hubo?

Según datos facilitados por la ley de Transparencia, la Candelaria adquirió con ese dinero desde fármacos para la hepatitis a antivirales para el VIH, pasando por pastillas de calcio bucosolubles.

En concreto, gastó casi 400.000 euros en medicamentos para el sida y la hepatitis B (Tenofovir y Emtricitabina) adquiridos a la empresa Gilead Sciences, S.L. sin contrato o sin tener presupuesto, según el Consultivo. Un desembolso muy por encima del que se hizo en medicamentos contra el cáncer (no llegó a 5.000 euros) o contra un tipo específico de enfermedad oncológica, el osteosarcoma (algo más de 31.000 euros).

Los fármacos contra el cáncer pueden quedar fuera de la previsión de un hospital porque cada enfermedad tiene una mutación específica de un gen y es improbable poder prever qué suministro de cada se va a necesitar.

También se desembolsaron 67.000 euros en un tratamiento para la enfermedad de Hunter, que es una enfermedad rara que se da en uno de cada 162.000 nacidos vivos. Otro gasto raramente predecible.

Sin embargo, los 7.000 euros en pastillas de calcio o los alrededor de 24.000 euros para medicamentos que aceleran o retrasan el parto no pueden asimilarse al concepto de "urgencia" médica y entran más bien en lo que un hospital de tercer nivel debe de tener previsto en su farmacia.

Parte de este expediente de nulidad aún anda coleando en el Consejo Consultivo que emitió el 21 de septiembre un dictamen en el que reiteraba lo ya dicho en otro del 27 de abril. "Se ha procedido a contratar sin una correcta planificación previa que permita lograr una eficiencia y racionalidad de la utilización de los recursos públicos y con total desprecio a los principios reguladores de la contratación pública: transparencia, legalidad, seguridad jurídica, buena fe y confianza legítima. Este incorrecto proceder no ha sido corregido por la Administración sanitaria", concluía.

Otro de los expedientes de nulidad, en este caso referidos al Hospital Universitario de Canarias (HUC), se refiere también a este irregular proceder. A través de la Ley de Transparencia, el HUC informó de que compró un anticanceroso, dos prótesis valvulares y un adhesivo tisular. Sin embargo, no especifica las cantidades gastadas en cada uno de estos conceptos. Todos ellos entran dentro de ese gran cajón de sastre de "sin presupuesto o sin contrato". Y forman parte de las cosas que pasan en un hospital cuando el dinero no alcanza.

Insulina rápida o antihemorrágicos

El área de salud de La Gomera también fue preguntada por los fármacos que compró sin contrato o sin presupuesto que fueron objeto de otro dictamen en el Consultivo. En este caso, lo que adquirieron fue "insulina humana de acción rápida" (20 unidades) y un medicamento para tratar los episodios de sangrado en pacientes con hemofilia (51 unidades). "Ambos suministros eran necesarios para facilitar al paciente el tratamiento prescrito por los facultativos", explica la gerente de La Gomera. Curiosamente, el Hospital Doctor Negrín también adquirió el mismo fármaco (Novoseven) para el control de las hemorragias sin contrato o sin presupuesto, lo que asimismo fue objeto de dictámenes del Consultivo. Tal vez en parte por todo esto, el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, adelantó el pasado lunes que se va a crear un equipo de trabajo para reducir costes. Entre otras medidas, se quieren realizar compras centralizadas, lo que abarataría el coste de los fármacos y evitaría una parte de estos expedientes de nulidad si se presupuesta adecuadamente.