El fin de la era más gloriosa de la historia del fútbol español lo selló Italia en los octavos de final de la Eurocopa 2016 con un duelo de una intensidad en París que jamás pudo igualar la Roja. Tres meses después se reencuentran dos equipos que han cambiado su cara. Nuevos seleccionadores, relevos generacionales, futbolistas que renuevan plantillas pero mantienen la misma esencia de sus combinados. España sigue apostando por su estilo del éxito y espera una Italia calcada a la que tanto le hizo sufrir en París.

Lopetegui lleva pensando en esta cita desde que se hizo cargo de la selección. Ha estudiado el encuentro de Saint Denis y espera un planteamiento similar. Un duelo táctico, de alta exigencia en ritmo competitivo. Unas molestias musculares modifican su primer plan. Thiago dejará su sitio a un futbolista que pide paso, Koke Resurrección, en un momento excelente como líder del juego del Atlético de Madrid jugando más centrado.

Con Iniesta, Vitolo y Silva como fijos, el pulso por el 9 entre Álvaro Morata y Diego Costa caería del lado del delantero del Chelsea, que ante Liechtenstein despejó con goles las dudas eternas hacia su figura en la selección.

La dureza de Italia la muestra su racha de récord de 51 partidos de clasificación para una gran fase final sin perder. El nuevo seleccionado transalpino, Giampiero Ventura, probó con Astori como novedad junto a los incombustibles Barzagli y Bonucci. En el centro del campo, Verratti podría empezar el partido en el banquillo. La duda más importante, en una banda. Candreva y Florenzi, para una sola plaza. Pellé y Eder, pesadilla en la Eurocopa para la zaga española, repiten en ataque.