Las empresas canarias que han conseguido introducirse en el mercado japonés no son muchas, pero sí las suficientes para demostrar que el país asiático no es un objetivo inaccesible. Compañías como Montesano, Sieltec Canarias, las bodegas Suertes del Marqués y Matías i Torres han tenido éxito en esta tentativa y ayer expusieron su experiencia en la jornada "Japón, clima de negocios".

Organizado por el ICEX -el antiguo instituto de comercio exterior, adscrito al Ministerio de Economía-, junto a Jetro -la organización dedicada a promover las relaciones comerciales con Japón-, y celebrado en las instalaciones del Museo Militar de Almeyda, el encuentro sirvió para comprobar que el país nipón no queda tan lejos del Archipiélago, pese a la distancia que impone la geografía y las diferencias culturales entre ambos territorios. Las exportaciones canarias son aún escasas, pero por eso mismo el margen de crecimiento es muy importante, señaló Pilar Merino, directora territorial de Comercio y delegada del ICEX en Santa Cruz de Tenerife.

Kentaro Naruse, director general de Jetro Madrid, sostuvo que es "el momento idóneo para invertir en Japón". Algunos signos lo indican: el déficit comercial de España se sitúa en sus niveles históricamente más bajos, al mismo tiempo que la inversión española en tierras japonesas es "aparentemente baja", pero ha aumentado "de forma considerable", y puede hacerlo más ahora que la crisis empieza a quedar atrás.

Japón, por su parte, ha superado sus dos décadas "perdidas": su economía crece, el paro no pasa del 3%, ofrece un mercado "gigantesco y sofisticado", presenta un entorno favorable para los negocios, es un país seguro y confortable y redobla su apuesta por la investigación y la tecnología.

Determinados sectores suponen una oportunidad para los potenciales inversores: el medio ambiente y las energías renovables, la salud y el turismo son algunos de ellos, que de esta manera se unen a la alimentación y la gastronomía, un terreno en el que los japoneses aprecian especialmente los productos españoles.

El despegue turístico que ha protagonizado el país en los últimos años -ha doblado su número de visitantes hasta rozar los 20 millones en 2015- abre la puerta a la experiencia española -y canaria- en esta materia. Japón necesita que España aporte sus conocimientos en esta actividad y, de hecho, ya hay una cadena hotelera española que analiza la posibilidad de instalarse allí "a medio plazo".

La organización y el rigor son las cualidades de Japón que más facilitan las relaciones de negocios, tal y como pusieron de manifiesto los empresarios que ya trabajan allí. Las diferencias culturales -una educación extrema que impide decir "no" o las laboriosas decisiones internas de las empresas- no deben desanimar a quienes opten por la aventura (realista) de poner una pica en el país del sol naciente.