Al fondo de la tarima, una gran pantalla vertical, en la que se proyecta cómo los pétalos de rosas rojas llueven sobre el sello de Tenerife Moda y Cabildo de Tenerife, para dar paso a la imagen de unas tijeras, al movimiento de la aguja que da pespunte tras pespunte, mientas el sonido de una máquina de coser remata los delicados tejidos. Los alfileres que mantienen el pliegue preciso se funden con el movimiento de la plancha para pasar cuidadosamente junto al brillo de los cristales, la caída de las cintas y el dibujo de los encajes.

Se oyen unas voces, son las frases de una romántica historia de amor. Comienza el desfile de la firma Marco y María.

Aparece una modelo, bellísima, entre tules de seda grises con un sutil acabado en rosa y apliques plata brillante, el peinado es perfecto para la puesta en escena. A continuación vuelan las mangas como alas de mosca hechas con encajes vaporosos.

Es el momento de que entren los colores azules, con aplique salteados y espalda velada, que dan paso a la novia más pura. Aparece tímida para llegar a romper la inocencia con un sugerente escote. Coronada con una tiara que cae hacia un lado permite ver la mezcla de tejidos, dibujos que no tienen similitud entre sí, pero que se dan la mano. El encaje bajo el tul de "plumeti" se cruza, sobre la tarima, con la falda deslavada. La piel de ángel abraza el cuello de la modelo. Las quillas que se cosen, por fuera de la base, bailan al son de los tonos maquillaje y azules grisáceos. Con paso firme llegan los vestidos tobilleros, juegan con los recortes de las flores, mientras que un blanco "avainillado" se rompe con el encanto de un azul indefinido, que se arrastra hasta la cola; es solo el adelanto de que el tono del mar puro está por salir.

La belleza más clásica se reinventa con el blanco. Una novia se esconde tras el velo delicado, está coronada por flores, iluminada con los destellos que caen por la pechera mientras que el publico, con las alas del vestido, volará más allá de los sueños.

Son las 18:00 horas, el recinto espera ansioso que Leo Martínez vuelva a sorprender. El stand del creativo da una pincelada de las propuestas que subirán a la pasarela.

Suenan los acordes, y como si vieran la luz por primera vez aparecen multitud de tejidos, unos suaves, otros atrevidos, algunos parece que si no hubieran sido vistos por la imaginación de un maestro no hubieran paseado arropando a una mujer tan delicada. La belleza comienza siendo clásica, avanza hasta llegar a ser casi rockera. Aparece la "escalera al cielo" -de Jed Zeppelin-, llega la mujer libre, natural y con carácter que viste Martínez. En doce piezas es capaz de hace sentir como aquellos modelos no son sólo para las radiantes novias, sino también para las invitadas o madrina.

Los encajes bordados con lentejuelas regalan luz a todos los presentes, las transparencias son arriesgadas pero posibles, nos lleva a la sensualidad, al descaro pero ante todo a la elegancia. Aquellas tendencias de los años 70 y 80 han llegado hasta 2016 para que las luzcan las damas sofisticadas de 2017, con poder de decisión entre faldas ricas y largas o pantalones que dejan sin palabras. En un aplauso emocionado el recinto se pone en pie ante cada patrón, cada diseño y un satisfecho Leo Martínez.

Con el listón puesto casi en las nubes es el momento de que sean los diseños de Amarca los que vistan la clara pasarela. Los jóvenes han trabajado una colección que nada tiene que ver con lo que cualquiera puede esperar. Llega la sorpresa. Espalda descubierta, mangas largas y pedrería salpicada, en tonos quemados. La fiesta es para todas, entre gris y rosa. Para la novias el blanco.

Los metales se asoman tímidamente pero dando toda la fuerza. Las alturas no limitarán a quien quiera lucir una obra de los jóvenes diseñadores, hay piezas rozando el suelo o acariciando las rodillas, que se mezclan entre la docena de propuestas.

Quienes modelan se sienten cómodas, entre lana fría, tules bordados, encajes... Están radiantes, su rostro es la mejor compañía para los vestidos que quedan limpios bajo un moño alto y un suave maquillaje.

Tres fueron las firmas que estuvieron presentes en la jornada inaugural. Hoy, a las 18:00 horas, llega el momento de Geyma, que trae hombre y mujer. A continuación, el amante de lo bello, del cuidado y la delicadeza. El conocedor del cuerpo de la mujer, Juan Carlos Armas, presenta a todos los tinerfeños su colección "Fado", entre cortes precisos y puntadas perfectas, promete hacer de la pasarela espectáculo puro. Mañana, domingo, a las 12:00 horas, la firma By Loleyro vestirá las ideas, decorará las cabezas y acentuará la sofisticación con coronas, tiaras, peinillos, sombreros y pamelas, que irán acompañadas por los trajes de Sedomir Rodríguez de la Sierra. Dinovia será quien clausure la gran pasarela.