Si en el estudio hecho público hace un año, referido al periodo de 2014, tres museos canarios figuraban en el grupo de los considerados opacos, según los parámetros que establece el "Informe de transparencia y buen gobierno de los museos de bellas artes y arte contemporáneo", el análisis que la Fundación Compromiso y Transparencia (FCyT) repetía bajo el título "A través del espejo" para el ejercicio 2015 resulta más benévolo.

"El hecho de que las instituciones de la muestra sean conscientes de que van a ser analizadas periódicamente actúa como un poderoso incentivo para la mejora", destacaba el director ejecutivo de FCyT, Javier Martín Cavanna, quien subrayó cómo en el plazo de un año ha habido avances significativos.

Y, precisamente, ha sido el caso del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), que ha experimentado un incremento de ocho puntos en sus notas, erigiéndose en uno de los museos que más han progresado de un año a otro, pasando del puesto 11º al 4º actual y cambiando su anterior tono opaco (museos que cumplen menos de 8 indicadores sobre el total de 24), por el translúcido (al menos superan 8 de las 24 áreas analizadas).

Por lo que se refiere a Tenerife Espacio de las Artes (TEA), si bien el centro dependiente del Cabildo de Tenerife ha mejorado con respecto al examen anterior, pasando de dos a cinco puntos, aún no le resultan suficientes para abandonar las últimas posiciones del ranquin, que ocupa por derecho propio el Museo Internacional de Arte Contemporáneo Castillo de San José (MIAC), de Lanzarote, con un cero rotundo.

En concreto, TEA aprueba cinco indicadores. Se trata de los referidos a la misión, que expresa la esencia de la organización y proporciona un sentido y dirección a las personas que trabajan y colaboran con la misma. Para los redactores del informe, está relacionada con la propuesta de valor social -sea espiritual, moral, cultural, estético o medioambiental- que se quiere llevar a cabo.

Asimismo, el museo tinerfeño también saca nota en la "asignatura" referida a la transmisión de sus actividades educativas, un apartado que se relaciona con la toma de conciencia de la sociedad sobre el valor que representa el descubrimiento e interpretación de su patrimonio, si bien suspende en las consideradas actividades generales.

También destaca, dentro del apartado Políticas, en el capítulo denominado Normativas, el parámetro que más ha mejorado en todo el estudio a lo largo del último año, incrementándose su cumplimiento en un 13%. Frente a los doce museos que incluían información sobre la normativa por la que se regían en 2014, en 2015 son ya veinte los que ofrecen esta información en su página web, lo que representa un 33% del total.

Por último, TEA cumple algunos de los renglones del epígrafe Órgano de Gobierno. Los cinco indicadores correspondientes a esta área se pueden agrupar en dos grandes grupos. Los tres primeros (nombre, perfil y cargo) tienen por finalidad ofrecer información sobre los miembros del órgano de gobierno y los dos restantes (actas y códigos de buen gobierno) sobre el desempeño del órgano. TEA aprueba los referidos a nombre y cargo.

De otra parte y según consta en el informe, la visibilidad se refiere al hecho de que los contenidos sean "fácilmente localizables por estar situados en un lugar evidente y previsible en las páginas webs".

Un segundo elemento es el de la accesibilidad, de manera que la información esté abierta a cualquier usuario sin restricciones. Además, debe ser actual. Si los contenidos no están al día se estima que no existe una disposición real de ser transparente.

Y con trazo grueso se desataca que ser transparente "no consiste exclusivamente en rendir cuentas de una lista tasada de contenidos". Sobre este aspecto se precisa que cada vez resulta más evidente que "no se trata de colgar información, sino de hacerla más visible y, sobre todo, más comprensible para los demás".

El factor crítico en la transparencia es el diálogo permanente con los grupos de interés situados en un lugar evidente y previsible en las webs.

Y a manera de conclusión final, los redactores del informe hacen las siguientes recomendaciones: los responsables de la gestión y gobierno de los museos deben ser más conscientes de las exigencias que el nuevo entorno impone en cuanto a las obligaciones de transparencia y rendición de cuentas.

Asimismo, también recomiendan a los gestores que se esfuercen por compartir información con criterios de uso y accesibilidad.