La enfermería escolar puede que sea la mayor carencia que tienen los colegios públicos canarios. Los 837 centros escolares de infantil, primaria y secundaria carecen de un servicio tan básico para los menores como el cuidado de la salud.

Actualmente en Canarias, este trabajo solo está regulado en Centros de Atención Especializada pero ni siquiera el total de 11 centros repartidos en las Islas cuenta con este servicio. Según Silvia Morales, vocal canaria de la Sociedad Científica Española de Enfermería Escolar (SCE3), las reuniones entre los distintos colectivos empezaron en mayo de este año, dando lugar a la formación de un grupo de trabajo llamado Enfermería Canaria y Salud Escolar (ECYSE).

Contar con una enfermera escolar en cada centro educativo "es una necesidad real", explican desde la Asociación Madrileña de Enfermería en Centros educativos (AMECE). Natividad López, su presidenta y representante, considera que este puesto "es un valor añadido" para la educación. El perfil es aún "emergente" y carece de regulación. Sin embargo, algunas escuelas públicas de comunidades autónomas como Valencia, Cataluña, País Vasco, Galicia y Asturias ya cuentan con enfermería escolar. En este curso 2016-2017, se sumará Murcia a la lista. De hecho, solo en Madrid, trabajan 177 enfermeros escolares en los centros de infantil y primaria. Sin embargo, en las Islas este avance aún no llega.

"En una sociedad rica y avanzada, debemos cuidar de la salud de los más pequeños", asegura José Ángel Rodríguez Gómez, presidente del Colegio de Enfermeros de Santa Cruz de Tenerife. "Ahora mismo los docentes están actuando como profesores, maestros, padres y madres, y esto no debería ser así", explica Rodríguez. El docente no tiene competencia real para tratar a un niño asmático o a un alérgico que sufre un shock anafiláctico y, ante un caso urgente como este, no pueden actuar rápidamente, pues su protocolo de actuación les insta a llamar al 1-1-2 en caso de urgencia. "No es su competencia profesional", explica la presidenta de la AMECE. De hecho, muchas veces un docente no puede valorar qué le está pasando al alumno. "No tienen por qué saber diagnosticar qué le pasa al niño", explica Natividad López, presidenta de la AMECE. "Una enfermera escolar podría valorar lo que le pasa al niño en caso de urgencia y suministrarle el tratamiento que le haga falta", incide.

El trabajo que realiza un enfermero o enfermera escolar va mucho más allá de la función asistencial. Sin embargo, su trabajo y sus beneficios son grandes desconocidos, incluso entre los profesionales sanitarios. Lo cierto es que este trabajo también agrupa tareas docentes e investigadoras. "La enfermera escolar está presente dentro de la jornada escolar y hace vida con alumnos, profesores, padres y madres", explica Morales. Una de las prácticas más importantes de la enfermera escolar es la concienciación. Por ejemplo, imparte programas de educación para la salud para alumnos, familias y profesionales del centro. De esta forma, sobre todo en niveles de secundaria, se podría evitar que los menores empiecen a tener hábitos negativos para su salud como el consumo de tabaco.

Padres y madres canarios piden que este trabajo también se realice en las aulas a las que acuden sus hijos. En este caso la Asociación de Alergia Alimentaria de Canarias (ADAEEC), entre otros, está luchando para que los más pequeños con alergias puedan pasar su día en el colegio sin miedo a que les ocurra algo. "Dejarlos en el colegio es un drama, porque están todo el día allí, expuestos", asegura Juan Francisco Herrera, presidente de la asociación. En esta línea, la implantación de la enfermería escolar puede conseguir, no solo que los familiares estén más tranquilos cuando tienen que separarse de sus hijos, sino también mejorar la conciliación de la vida familiar. Muchos familiares, "sobre todo madres", tienen que dejar de trabajar porque tienen hijos con problemas de distinta índole, y no pueden dejarlos en el colegio porque necesitan atención especial. "Dejan a los niños con problemas de salud de nueve a cinco de la tarde", remarca Rodríguez. "Contar con una enfermera o enfermero escolar tiene muchas ventajas para el futuro, sobre todo para los niños, pero también para aquellos padres que muchas veces tienen que dejar de trabajar porque su hijo tiene fiebre", explica el presidente del Colegio de Enfermeros.

El paso que se está dando desde la Sociedad Científica, el Colegio de Enfermeros y otras asociaciones es el de crear un informe que dé a conocer la situación canaria a fondo para así poder presentarlo al Gobierno de Canarias.