El Ayuntamiento de La Laguna tiene previsto emprender un plan para reducir los niveles de ruido que se dan en el municipio tras la finalización y aprobación -aún en trámite- del Mapa Estratégico del Ruido de la aglomeración de San Cristóbal de La Laguna, como se denomina oficialmente el trabajo que se ha desarrollado, según avanzó la edil de Urbanismo, Candelaria Díaz.

"Es un documento de base sobre el que establecer políticas de corrección, junto a otras administraciones, que permitan seguir en la mejora de la calidad de vida de los laguneros", detalló la nacionalista, antes de precisar que el objetivo más específico es elaborar un "plan de acción" para que quienes emiten ruido puedan "optimizar" medidas que hagan posible reducirlo.

Recibido en el consistorio en noviembre de 2015, se trata de un texto de cierta complejidad técnica y en el que se recogen cinco fuentes de ruido: tráfico viario, transporte ferroviario, el aeropuerto, las industrias y los grandes ejes viarios. Entre sus características está que plantea una comparativa entre datos de 2007 y otros de 2012, si bien el contraste no resulta del todo real porque en la primera fase no se tuvo en cuenta ni el tranvía ni el que es uno de los principales focos ruidosos: el aeropuerto de Tenerife Norte.

En ese último punto está una de las principales conclusiones que se pueden extraer, por más que resulte obvia: los mayores niveles los producen la citada instalación aeroportuaria y la autopista del Norte (TF-5), sobre lo que Díaz afirmó que se vienen tomando medidas. "Trabajamos con AENA en la progresiva insonorización de las viviendas que están bajo la llamada huella acústica, y creemos que las soluciones futuras para la TF-5 -por ejemplo el soterramiento en algunos tramos-, que serán acordadas con las administraciones de forma dialogada, van en la línea de reducir la densidad de tráfico y, con ello, los niveles de ruido", dijo.

¿Pero en qué grado son esas afecciones? No es sencillo de determinar, al menos para los legos en la materia. Se han establecido varios intervalos de decibelios A (dBA), una unidad de nivel sonoro medido con un filtro previo que quita parte de las bajas y las muy altas frecuencias. Esos segmentos son: por debajo de 50, 50-55, 55-60, 60-65, 65-70, 70-75 y más de 75. A la vez se emplean dos métodos: END y VBEB, de menor y mayor precisión, respectivamente. De ello, y tomando la población de referencia de enero de 2014 (153.009 habitantes), se obtiene que está expuesto a niveles superiores de los objetivos de calidad acústica un 26,3% por el día, un 19,2% por la tarde y un 27,4% por la noche. Todo ello según el primer modelo. En el VBEB, las cifras se reducen a 11,4%, 8,5% y 14,9%.

Sea como fuere, este proyecto (que aún tiene que ir a pleno y ser sometido a exposición pública) tampoco deja en mal lugar a La Laguna, al menos en términos comparativos con otros municipios nacionales de características similares. Mientras que en el primero de los mecanismos citados con anterioridad -el END- los resultados eran de un 26,3% y un 27,4% para el día y la noche, esas otras zonas analizadas presentan los siguientes valores: León (57,76 y 49,04), Almería (21,8 y 15,1), Leganés (52,1 y 39), Vitoria (41,76 y 27,31), Alcobendas (18,5 y 20,64), Logroño (35,77 y 9,25).

¿En qué consiste un mapa del ruido municipal?

El expediente aprobado por la Junta de Gobierno de La Laguna describe un mapa del ruido como la presentación de datos sobre una situación acústica existente o pronosticada en función de un índice de ruido, en la que se indicará la superación de cualquier valor límite, el número de personas afectadas en una zona específica o el número de viviendas que se encuentran expuestas a determinados valores.

Para la realización de este trabajo se aplicaron en el caso lagunero modelos matemáticos de propagación de ruido, que fueron creados a través del programa informático CadnaA. El modelo comenzó con la elaboración del 3D del término municipal y su incorporación al "software" de simulación, hasta concluir con un mapa de distintos colores.