El Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria, en Tenerife, ha puesto en marcha la primera Comisión del Dolor en el ámbito hospitalario de la atención especializada del Archipiélago.

Se trata de un comité formado por profesionales del área médica y de enfermería de carácter multidisciplinar que, consciente de la trascendencia del dolor en la calidad de vida de los pacientes, busca fórmulas e iniciativas que permitan controlar esta constante en el centro hospitalario y realizar protocolos, acciones y líneas de trabajo con las que abordarlo.

2016 ha sido designado como Año Mundial contra El Dolor, cuya trascendencia va más allá de un problema físico que merma la calidad de vida de las personas que lo padecen. Desde el punto de vista biológico, el dolor es un mecanismo protector que alerta al cerebro cuando ha ocurrido un daño, una experiencia personal que provoca, además, efectos emocionales en las personas.

Según explica la Sociedad Española del Dolor (SED), uno de cada cinco españoles lo sufre de alguna manera y un tercio lo padecerá el resto de su vida como un dolor crónico. Un abordaje insuficiente o inadecuado causa, además, consecuencias económicas importantes. De hecho, la SED también recoge que el dolor es la causa más habitual de absentismo laboral en España.

Conscientes de la importancia de este problema y de cómo afecta a la población, el Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria decide trabajar en la formación de un comité hospitalario multidisciplinar, integrado por profesionales médicos y de enfermería, parar abordar esta constante en el centro hospitalario, cristalizando en febrero de 2015, cuando se pone en marcha oficialmente la Comisión del Dolor, pionera en Canarias.

Este órgano de asesoramiento, consulta e información está compuesto actualmente por 14 miembros representantes del área médica, quirúrgica y enfermería como son representantes de dirección médica-quirúrgica, dirección enfermería, anestesiología, reanimación y dolor, enfermería, unidad cuidados paliativos, área reumatología- traumatología, urología, neurocirugía, rehabilitación, oncología radioterápica y médica, farmacología, área medicina interna-neurología y pediatría, entre otros.

"Es un ejemplo de coordinación que permite abordar desde múltiples perspectivas, el control del dolor para asegurarnos de que nuestros pacientes, tanto hospitalizados como ambulatorios, no sufran dolor y mejoren su calidad de vida", explica el Dr. Javier Arranz, presidente de la Comisión del Dolor.

"El Hospital de La Candelaria trabaja para ser un hospital sin dolor", recalca el Dr. Arranz, y gracias al esfuerzo desarrollado mediante la colaboración conjunta de médicos y enfermeros, ha sido posible poner en marcha interesantes iniciativas.

Este centro hospitalario ya dispone en su cartera de servicios de unidades específicas para el abordaje del dolor crónico y, más recientemente, del dolor agudo postquirúrgico. La Comisión del Dolor es un órgano diferente que engloba a diferentes especialidades y profesionales en busca de iniciativas globales que puedan ser aplicadas en todo el hospital para controlar esta constante.

En los primeros meses de vida de la Comisión del Dolor del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria se han desarrollado, por un lado, la cuantificación del dolor mediante el registro de la 5º constante EVA (Escala Visual Analógica), su difusión en el ámbito de la hospitalización, reconocer pacientes que sufren durante su ingreso hospitalario (EVA severo o mayor de 7 sobre 10), gracias al reconocimiento y control que realiza el personal de enfermería , por otro lado, la comisión realiza protocolos y líneas de trabajo enfocadas en la difusión y formación de analgesia aplicados al área médica, quirúrgica, enfermedades avanzadas y pediátricas, requiriendo la optimización de los recursos disponibles para tratar el dolor en función de esta cuantificación del dolor.

La detección de los pacientes que están sintiendo dolor por diferentes motivos durante su estancia en una unidad de hospitalización permite a los profesionales sanitarios implicados actuar con rapidez, controlar el sufrimiento con indicación terapéutica personalizada y mejorar no solo la calidad de vida del enfermo, sino prevenir complicaciones y cronicidad que podrían derivar en un mayor gasto sanitario.