El presidente del Parlamento Europeo (PE), el socialdemócrata alemán Martin Schulz, alertó hoy del peligro de que la Unión Europea (UE) "se desintegre" si, tras el "brexit", algunos Gobiernos continúan poniendo en entredicho las decisiones y políticas del bloque.

"Corremos el riesgo de desintegrarnos, no me llamo a engaño", advirtió Schulz con gesto grave ante un grupo de periodistas de diferentes países invitados a participar en el Parlamento Europeo en un seminario sobre el futuro de la UE.

En su opinión, "no sólo los populistas" que se encuentran en la oposición amenazan la integración europea; también la ponen en entredicho algunos Gobiernos que no acatan los acuerdos adoptados entre todos o cuestionan las competencias de las instituciones supranacionales.

El comentario iba dirigido especialmente a Hungría, que se ha negado a aplicar los acuerdos de los Veintiocho sobre el reparto de refugiados por cuotas.

"Estamos en una auténtica lucha por mantener a la Unión Europea unida", aseguró Schulz en vísperas de que comience en Bruselas una nueva cumbre europea, en la que, si bien el "brexit" (la salida del Reino Unido de la UE) no figura formalmente en la agenda de los líderes, la incertidumbre que causa estará en la mente de todos.

Según el presidente del PE, la Unión actual puede no ser lo suficientemente justa o democrática, pero destruirla "sería un inmenso error" y, si se destruye, "qué futuro les quedará a los jóvenes", se preguntó.

Schulz apeló a la "movilización", especialmente de estos jóvenes, contra los populismos de un signo u otro y contra el derrotismo.

Lo que caracteriza a los populistas, opinó, es que siempre encuentran un chivo expiatorio para los problemas, "los musulmanes, Bruselas, los Estados Unidos", pero "nunca ofrecen una solución". "La alternativa a esa retórica fue, precisamente, la creación de la Unión Europea", recalcó.

Si la Unión Europea fracasara, insistió, "no sería el fracaso de una organización o de una institución, sino el de una idea, un logro intemporal" que permitió a Alemania, por ejemplo, regresar a la familia de naciones "apenas cinco años después de Auschwitz".

A juicio de Schulz, la "mala distribución de la riqueza en la región más rica del mundo" también ha reforzado el sentimiento de desintegración y euroescepticismo que se extiende por Europa.

Para recuperar la confianza, es preciso, concluyó, "dejar de echar las culpas al otro, asumir las responsabilidades políticas y distribuir mejor la riqueza, ocupándose no sólo de controlar los gastos, sino también de mejorar los ingresos, en especial persiguiendo la evasión y la elusión fiscal".