Ha pasado casi un año desde que los profesionales de la pesca de Punta del Hidalgo reclamaran la colocación de la grúa de gran tonelaje que les permita trabajar con garantías y seguridad con los barcos que varan en el muelle El Roquete. Desde la Cofradía de Pescadores se ve con muchísima preocupación que con la entrada de otro invierno más, el muelle no cuente con la ansiada grúa, y con el miedo en el cuerpo de que en diciembre no se instale definitivamente, tal y como desde el Gobierno de Canarias se ha especificado.

Sobre ello, el vicepatrón de la Cofradía, Adán Romero, destaca que "la predisposición es total por parte de Puertos Canarios y el propio Gobierno de Canarias, pero los problemas a los que nos estamos enfrentando son bastante importantes. Solo con no poder contar con la grúa ha supuesto que cuatro empresas que operaban aquí se hayan trasladado a Santa Cruz de Tenerife para tener su base en la Dársena Pesquera", explicó.

De la misma opinión son los pescadores profesionales como David González y Fernando Cabrera, entre otros, que ejercen su actividad en este importante enclave costero de La Laguna, que acompañando a Romero, pusieron en valor las obras de mejora que se han realizado en el muellito.

No obstante, dicen, "sin la grúa, lo que se ha hecho no tiene ningún sentido". Sobre ello argumentaron el trabajo que tienen que realizar para meter y sacar los barcos de la mar, una operación que se hace a mano con ayuda de un "winche" de un coche o a través de otro más largo que está en la base de la explanada, a más de 30 metros de la rampa.

"Esto es un auténtico peligro y por eso se hace necesario que Puertos Canarios delimite la servidumbre de tránsito del muelle al lado del restaurante, ya que se ha generado más de un susto con el izado de las embarcaciones con el cable de acero", dijo Romero, que aprovechó la ocasión para que se haga realidad la reubicación de los winches a una posición más cercana de la rampa.

Los pescadores y los directivos de la Cofradía de La Punta recordaron otros asuntos pendientes de saldar, como son el ensanche de la rampa, la construcción del martillo exterior del dique (la mar impide maniobrar en este punto de la bocana) y el saneamiento de las paredes del interior de la infraestructura para permitir el atraque en abrigo, "todas ellas obras que sumadas cuestan más de un millón de euros", concluyó Romero, recordando que estas actuaciones están previstas a lo largo del próximo año y el siguiente, el 2018.