"Jamás, pero jamás, empecéis a trabajar en un proyecto sin un contrato firmado; y si el encargo viene de instituciones y políticos, con más razón". Así concluye Javier Torres Franquis la reflexión que añadió el pasado jueves 20 en su blog -dos días después de la presentación del decorado oficial, de Javier Caraballero- como enseñanza de lo que ha aprendido en su diseño para el Carnaval 2017, que, precisa, le encargó la propia concejala de Fiestas, Gladis de León.

El también autor del cartel anunciador de 2016 y creador de las fantasías de Mamelucos -la murga más laureada por sus disfraces- cuenta que la responsable de la organización le encomendó la elaboración del diseño del decorado para el recinto ferial el 7 de julio pasado. Este dato entra en conflicto con el detalle que se desveló el martes en la presentación del decorado. Ese día se dijo que Caraballero había comenzado a preparar la escenografía en abril, cuando la estructura se la pintó en una servilleta el director de la gala, Enrique Camacho.

En la reunión del 7 de julio, la organización le solicitó un currículum vitae para que el gabinete de prensa preparara la nota con el anuncio del encargo, asegura Torres Franquis, sin que nunca se le mencionara que se trataba de un concurso de ideas.

El lunes 11 de julio mantiene una reunión con Enrique Camacho, quien le llevó la maqueta de cartón pluma que también se utilizó el martes para la presentación del escenario -al parecer la maqueta que hizo Caraballero para trabajar en su proyecto-. Enrique Camacho fijó a Torres Franquis sus necesidades artísticas: un hotel "resort", con dos interiores giratorios que fueran un poblado caribeño y un arrecife de coral.

También se le planteó la idea de un barco para el pórtico central, y le pidió que diseñara un sol y una pancarta tirada por una avioneta; ambos con pantallas led.

Javier Torres Franquis se reúne con la concejala el miércoles 13 de julio y le presenta unos bocetos hechos a lápiz, que la propia responsable de Fiestas dice que le encantan y se los pide para mostrarlos al alcalde. En ese encuentro, el doctor en Bellas Artes y también profesor de la Universidad de La Laguna entiende que ha recibido el visto bueno para continuar con su idea y se le precisa -siempre según su versión- que tenía hasta final de septiembre para elaborar su proyecto, al regreso de Gladis de León de sus vacaciones.

El asesor técnico del Organismo Autónomo de Fiestas, Luciano Delgado, le facilita a Torres Franquis los planos el 2 de agosto y, tras hablar también con Delgado, observa que las alturas impiden llevar a término su idea para el pórtico (dos loros que parecen sostener en pleno vuelo una cesta con frutas tropicales). Este contratiempo se lo comunica a la concejala -el gerente, José Ángel Alonso, salió en agosto de vacaciones-. Su última comunicación con De León fue el 12 de agosto. De hecho, seis días después le vuelve a escribir y no le responde.

Durante la elaboración del diseño, el director de la gala, Enrique Camacho, asesora y corrige a Torres para que su proyecto se adapte a sus necesidades artísticas. "Me puede rechiflar" o "gran colorido" son algunas respuestas que recibe en su móvil, con emoticonos de corazones en los ojos.

El 6 de septiembre, Torres Franquis envía un mensaje al gerente para mostrarle cómo ha avanzado en el proyecto y José Ángel Alonso le sorprende indicándole que el proyecto lo debe presentar el 9 de septiembre, un mes antes del plazo marcado inicialmente. Sobre la marcha Torres Franquis llama al gerente y fija una reunión para mostrar su sorpresa por el cambio de planes sin aviso previo. Finalmente le permiten entregar el proyecto el 14 de septiembre; el día antes lo había inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual su autor.

Hasta el 5 de octubre el diseñador no recibe noticias. Ese día el gerente le informa que "la comisión artística ha desestimado la propuesta por el coste y el exceso de color", para sorpresa del autor porque desconocía que hubiera otra alternativa o un consejo de expertos que lo fuera a valorar. Además, con la premura de tiempo no se le permitió presentar una memoria de materiales o el detalle de la escenografía, condicionantes que ahorran el coste en función del grado de exigencia. "Yo siempre intento dar el 100%, no me gustan las mediocridades", dice.

El pasado martes, mientras almorzaba, Javier Torres Franquis vio en el informativo de televisión el otro escenario que sí será.