Oficialmente su gestión como presidenta del Círculo de Bellas Artes de Tenerife acaba el 14 de diciembre. Ese día cerrará un ciclo que se inició el 6 de octubre de 2014. Dulce Pérez desveló hace unos días a sus aliados en la junta directiva que abandona el cargo por razones personales. "No me voy porque yo quiera, sino porque existen unas circunstancias que impiden que siga ocupando la presidencia", cuenta la exdirigente de Coalición Canaria que ocupó cargos de responsabilidad en el Ejecutivo regional, el Cabildo tinerfeño y el consistorio santacrucero.

La autora de las novelas "Robo en Säo Paulo" y "Asesinato en una playa de Londres" asegura que "la experiencia ha sido enriquecedora, algo que tendrían que experimentar todas las personas porque es una labor muy recomendable", dice en un instante de la conversación en el que inevitablemente aparecen las dificultades para gestionar un espacio de estas características cuando hay que apretarse el cinturón. "Yo viví como gestora pública un ciclo dorado en el que el dinero no escaseaba y costaba menos justificar las inversiones, pero dirigir una sociedad sin recursos no es una tarea fácil. Disfrutas más las conquistas, pero llegar hasta ellas se hace más complicado. Entré con la duda de si iba a ser capaz de sacar adelante una empresa tan complicada, pero creo que este equipo ha dado muestras de su eficacia", admitió.

Abrir el Círculo de Bellas Artes a la sociedad. Ese es un reto, que a juicio de Dulce Xerach, se ha cubierto de sobra. "No solo hemos duplicado el número de socios, sino que hemos canalizado la creatividad de muchos jóvenes, que en algunos casos no se podían permitir pagar la cuota de seis euros mensuales, pero que han demostrado que querían estar con nosotros", agradece la aún presidenta. Esa voluntad de realizar muchas cosas con pocos recursos es lo que destaca Pérez de un ciclo que ella ha decidido cerrar. "No descarto ser reincidente, porque Bonnín, por ejemplo, ocupó la presidencia en varias ocasiones. Lo que ocurre es que ahora necesito ganar un espacio que no puedo obtener si sigo ocupando esta presidencia", valoró antes de recomendar a sus compañeros la convocatoria de unas elecciones. "Unos quieren seguir; otros me han manifestado que desean salir... En los estatutos se refleja que un miembro de esta directiva puede asumir el caso, pero mi consejo es que convoquen elecciones para que sean los socios los que den la confianza al nuevo equipo de trabajo", recomienda, sin cerrar para siempre la puerta del Círculo de Bellas Artes. "Cualquier socio está en su derecho de presentarse a una presidencia a la que hay que dedicarle mucho tiempo. Esto, más que nunca, se hace por amor al arte, pero exige un compromiso que no te permite alejarte mucho. Es una sociedad presidencialista en la que todo el mundo quiere negociar una colaboración con el presidente, reunirse con el presidente, invitar a un acto al presidente...", afirma.

Del futuro que le espera al Círculo de Bellas Artes, Dulce Xerach Pérez considera que "esta institución ha tenido que afrontar distintos procesos como este, y en alguna ocasión más o menos reciente, incluso, permaneció cerrado porque era inviable dar un servicio a la sociedad. Mi deseo es ofrecer mis conocimientos, me he especializado jurídicamente en la gestión de estos espacios, a las personas que formen parte de la nueva junta directiva en las mismas condiciones de siempre, es decir, sin que eso suponga un coste económico. Si su voluntad es contar conmigo, yo estaré allí. Pero si por el contrario deciden confiar en otras personas entenderé que mi tiempo se ha agotado. Lo único que he pedido es poder ser la comisaria de la exposición Summer".