Mariano Rajoy pidió ayer el apoyo del Congreso para su investidura con la oferta de negociar en esta Cámara todas las decisiones que pretenda tomar y el reclamo, a todos los partidos, de que ayuden a que el próximo Gobierno sea "estable y capaz" y no se quede en un "mero trámite".

El líder del PP afrontó el debate de investidura con un discurso muy centrado en el necesario diálogo que imperará en esta legislatura dada la composición de la Cámara, y en el que ha asegurado que tanto él como su partido están dispuestos a hacer sacrificios y cesiones.

"Tengo asumido que cada día tendremos que construir una mayoría para la gobernabilidad", dijo Rajoy, quien por eso ofreció un gobierno "abierto al diálogo" y subrayó su disposición a "negociar cuanto sea necesario todas las decisiones".

El jefe del Ejecutivo en funciones no hizo una referencia explícita a la abstención del PSOE que le va a permitir ser investido, pero sí se refirió a los "cambios relevantes" en la situación política que han permitido "alimentar la esperanza" de que España tenga en breve un ejecutivo en "plenitud de funciones".

Además, lanzó otro mensaje a los socialistas al señalar que permitir que se forme gobierno y evitar que se repitan elecciones no supone que "nadie tenga que renunciar a sus principios", y consideró que la "excepcionalidad" del momento exige que "se dejen a un lado las confrontaciones ideológicas" y, de forma excepcional, se sumen esfuerzos ante esta situación "inédita".

No se olvidó Rajoy ni de sus socios electorales (UPN, Foro y PAR) ni de los que pactaron con el PP y le darán el sí en la investidura (Ciudadanos y Coalición Canaria). A todos ellos les prometió que cumplirá con los compromisos adquiridos. "No tengan ustedes ninguna duda de que lo haré", dijo.

A cinco días de cumplirse el plazo legal por el que se convocarían elecciones si no hubiera investidura, y tras más de 300 días de gobierno en funciones, Rajoy insistió en que España "no admite más demoras" y necesita un Ejecutivo con plena capacidad, aunque también puso en valor, en más de una ocasión, que el país ha logrado estos meses conservar "su impulso".

Subrayó, eso sí, que hay cuestiones urgentes que abordar. La primera de ellas, los Presupuestos Generales del Estado para 2017, la "pieza clave" de la política económica, y advirtió de que está obligado a velar por el cumplimiento de los compromisos con Europa y, por tanto, a controlar el déficit.

También se refirió al "reto más grave" que tiene España en estos momentos, el "desafío" soberanista en Cataluña, para reiterar que la primera de sus obligaciones, si es reelegido, es defender la soberanía nacional, la unidad de España, la igualdad de los españoles y el respeto a la ley. Aseguró que mantiene su disposición al diálogo con la Generalitat y dijo estar dispuesto a buscar fórmulas que "acomoden mejor la necesaria solidaridad interterritorial".

REACCIONES

Mario Jiménez

Portavoz de la gestora del psoe

"El debate de la abstención mínima está cerrado"

El portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez, aseguró ayer que el debate sobre la abstención mínima que plantean (ayer lo hicieron en una reunión del grupo a puerta cerrada) algunos diputados socialistas partidarios del no a Mariano Rajoy "está cerrado" y no existe posibilidad de que pueda haber un cambio de postura. Jiménez insistió en que todos los diputados, también los del PSC, tendrán que acatar la resolución del Comité Federal de abstenerse en la segunda votación de la investidura de Mariano Rajoy para desbloquear la formación de gobierno.