Decía así el "parte" de la Policía Local al mediodía de ayer: "Finalizada la manifestación de taxistas por las calles de la capital tinerfeña se retoma la normalidad del tráfico". Un discreto operativo policial, más visible con la presencia de la Unipol en el entorno de la Casa de los Dragos, acompañó a la movilización de parte del sector de profesionales del volante por las principales vías de Santa Cruz. Ni el anuncio de alerta meteorológica ni el último intento de la concejala de Seguridad, Zaida González, convencieron a Miguel Ojeda, presidente de Élite Taxi, colectivo convocante. Le respondieron unos 250 compañeros con sus vehículos para recorrer al ralentí durante cuatro horas un circuito desde y hasta el Parque Marítimo. La marcha fue de menos a más, a medida que daban vueltas.

Casi no estaban las calles puestas y clareaba en un día nublado, clásico tras jornada de lluvia, cuando los taxistas iniciaron su ruta. Tocando constantemente la pita y respetuosos con los otros conductores a los que "no queremos molestar", afirmó Ojeda. Desde su coche, en la cabecera de la caravana, EL DÍA tuvo una óptica privilegiada junto a la combativa Mercedes Melián, secretaria de Élite.

Desde atrás presionaban a Ojeda porque la comitiva se había "partido", con muchos coches particulares en medio. Le pedían ocupar los dos carriles, lo que hicieron a la altura del puente Galcerán. Eso provocó algún "mosqueo".

Pitos y megáfonos parecieron "reactivarse" a la altura del ayuntamiento, en Méndez Núñez, con alusiones directas al alcalde como "Buenos días Bermúdez, ¿hoy tampoco nos vas recibir? No podemos porque los coches no suben las escaleras". Ayer fue "el malo". El papel de "buena" quedó para Ángeles Palmero, directora general de Comercio que "trabaja por solucionar los problemas".

Cuatro eran los motivos fundamentales para la marcha: desacuerdo con el trato por parte del ayuntamiento, tarifa deficitaria -no única sino equiparada para dejar la misma bajada de bandera de la urbana y la interurbana a 3,15 euros-, retirada de licencias ya y "votación de nuestros dirigentes".

Ojeda mostró su oposición al borrador de Ley de Transporte del director general, Elías Castro, porque "asesina al sector del taxi en Canarias". Y valoró: "Ha sido una sorpresa y un éxito con 373 unidades movilizadas en un día de alerta. La cabecera estaba en la avenida de Anaga y había coches en la piscina municipal".

Sobre el rescate de licencias pidió "que lo hagan pronto porque en breve tendrán que salvar a más de 300 compañeros en un sector que va a la ruina". Rechazó que estén desunidos: "Al contrario, estamos más unidos que nunca. De hecho hemos estado todos juntos en la negociación sobre la tarifa. Hoy (ayer) otros compañeros han decidido quedarse en casa porque no hay nadie trabajando en las calles". Casi nadie, ya que la caravana se cruzó con algún "esquirol" como le gritaron o aplaudieron sin más problemas.

Concluyó con una referencia "cariñosa" al ayuntamiento: "Puede decir que está a favor de los taxistas, pero es como una pareja que se quiere y no le llega el amor. Hay que demostrarlo".

"Marcha innecesaria" y apoyo total al sector

El alcalde, José Manuel Bermúdez, dijo no entender una marcha que calificó de "innecesaria" porque "a las dos causas decimos sí: a la tarifa, que negociamos ahora con la Comisión de Precios, y al rescate de licencias que ya acometimos antes en un proceso que continuará hasta culminar las 165 que nos llevan camino a la ratio ideal de 732. Pero hacen falta 4 millones de euros al 50% con el Cabildo. No veo bien que el ciudadano pague el pato de los problemas de los taxistas a dirimir en mesas de negociación. Con absoluto respeto al derecho a manifestarse, recuerdo que aquí tienen y han tenido siempre la puerta abierta". Servicios Públicos reiteró "el apoyo mostrado al sector y la agenda consensuada". El concejal, Dámaso Arteaga, manifestó que "tramitamos la documentación tras el acuerdo alcanzado para la entrada en vigor de la tarifa única que confiamos esté en enero operativa". Y resaltó: "Me ha causado sorpresa la movilización. Respeto el derecho a manifestarse, pero molestar a los ciudadanos no es de recibo". Añadió que "por fortuna, no fue secundada por la mayoría de los profesionales".